La adquisición de experiencia es una de las principales preocupaciones de las enfermeras de las unidades de cuidados intensivos. Aunque el componente emocional de la práctica clínica de estas enfermeras ha sido ampliamente estudiado, se requiere un mayor examen para determinar cómo influye este componente en su aprendizaje y experiencia práctica. Nuestro objetivo es descubrir las relaciones entre la emoción, la memoria y el aprendizaje y las repercusiones en la práctica clínica de la enfermería. Para ello planteamos un estudio fenomenológico cualitativo. Los datos se recogieron a partir de entrevistas abiertas y en profundidad. Un total de 22 enfermeras de la unidad de cuidados intensivos participaron en esta investigación entre enero de 2012 y diciembre de 2014. Consideraciones éticas: El Comité de Ética de la Escuela de Enfermería aprobó el estudio, que cumplió con los principios éticos y requirió el consentimiento informado. Se encontró una clara relación entre la emoción, la memoria y la adquisición de la experiencia. Esta relación agrupaba tres dimensiones: (1) la satisfacción, para aliviar el dolor o el malestar del paciente, dar confianza y sensación de seguridad al paciente, permitir la presencia de los familiares en la unidad de cuidados intensivos y proporcionar a los familiares una visión realista de la situación del paciente; (2) la experiencia del error, que sienten los enfermeros cuando un paciente muere, cuando no acompañan al paciente en su decisión de abandonar la lucha por la vida o cuando no prestan apoyo a la familia del paciente; y (3) la paradoja sentirse mal-sentirse bien, que se produce cuando se repara un error en el cuidado del paciente o en el manejo de su familia. Concluimos que la emoción es una capacidad que impacta en la experiencia de las enfermeras e influye en la mejora de la práctica clínica. Recordar historias de satisfacción ayuda a reforzar las buenas prácticas, mientras que recordar historias de errores ayuda a identificar dificultades en la profesión y a reconocer nuevas formas de actuación. La articulación de las competencias emocionales puede apoyar el desarrollo de la ética enfermera en la unidad de cuidados intensivos para proteger y defender a sus pacientes y mejorar sus relaciones con las familias con el fin de maximizar el potencial de atención al paciente.