Textos de la Era de la Perla
La violencia de tantos hombres contra las mujeres
PATRÍCIA V. MARTÍNEZ ÀLVAREZ
El “modelo de ciudad” de Barcelona: entre el feminismo y la prostitución
" Triste, mercadeada y convertida en un escaparate de culto al falo y al patriarcado, Barcelona sabe que los patriarcas han pagado por ella"
Texto publicado en “El Món, el diari lliure, obert i per compartir” el 8 de mayo del 2017
(http://elmon.cat/opinio/21214/el-model-de-ciutat-de-barcelona-entre-el-feminisme-i-la-prostitucio)
Barcelona es mujer, sin duda: vive abierta a la infinitud y ha dado lugar siempre a la vida. Es mujer.
Pero aunque ella quisiera hacerlo –como hemos querido y hemos podido hacer muchas mujeres libres a lo largo de la historia- Barcelona no puede huir del patriarcado.
Le tienen el cuerpo vendido, como a las mujeres a las que tantos hombres roban la libertad para prostituirlas a cambio de dinero que a ellos darán otros Hombres. Barcelona, violentada así, no puede hacer crecer en la casa materna a sus criaturas, que huyen, porque tampoco soportan ver de cerca a la madre violentada y sufriendo.
Desde el prostíbulo, con el cuerpo mercadeado y la casa invadida, Barcelona calla atemorizada quando ve todo lo que hacen los patriarcas a muchas mujeres por sus calles y en sus instalaciones. De vez en cuando escucha a alguna mujer quejarse en voz alta, como hace unos días hizo Raquel Muñoz –trabajadora en condiciones indignas en el campeonato Conde Godó- cuando dijo “en este lugar de Barcelona nos habéis cosificado y algunas mujeres, incluso, hemos caído enfermas”. A pesar de estas voces, Barcelona sabe que volverán a abrirla a los patriarcas el campeonato próximo. Y enmudece triste.
Barcelona mira sus venas con amargura al ver que las han llenado de tiendas que enaltecen los falos y reducen el cuerpo de las mujeres a un lugar penetrable: de cualquier color, de todos los tamaños, en todas las posibles posiciones, los penes saludan desde los escaparates de las tiendas que se han multiplicado en las calles de Barcelona, donde antes las gentes podían comprar hilos para coser, hojas para escribir o un clavo para colgar un cuadro en el comedor.
Triste, mercadeada y convertida en un escaparate de culto al falo y al patriarcado, Barcelona sabe que los patriarcas han pagado por ella.
Barcelona se pregunta qué significa aquello de “modelo de ciudad” y quiere saber quienes son los patriarcas que la han comprado y la están prostituyendo.
Barcelona, más allà, se esperanza. De hecho, no solo es mujer: la ciudad mediterránea es feminista.
¡Ay, cuando Barcelona vuelva a ser libre!
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