Textos de la Era de la Perla
Llenando el mundo de otras palabras
MARÍA-MILAGROS RIVERA GARRETAS
La revista DUODA
La revista Duoda nació en 1991en un centro de investigación de mujeres de la Universitat de Barcelona y del Parc Científic de Barcelona que se llama también Duoda. El centro lo habíamos fundado en 1982 unas pocas mujeres que éramos entonces, unas, profesoras no numerarias, otras, estudiantes y, otras, recién licenciadas en Historia. El primer nombre del grupo fue Centre d’Investigació Històrica de la Dona; este nombre se fue transformando como sin querer en Duoda precisamente a raíz del nacimiento de la revista.
El nombre de Duoda lo tomamos de una escritora que la historiografía feminista había redescubierto algunos años antes con sorpresa, porque de ella no habíamos oído hablar en la universidad. Duoda o Dhuoda fue una noble franca muy culta, de lengua materna germánica, nacida hacia el año 803. Se casó en la capilla palatina de Aquisgrán con Bernat de Septimania, un sobrino segundo de Carlomagno, pasando al casarse a ser marquesa de Septimania y condesa de Barcelona, Girona, Ampurias y Rosellón. Vivió en Uzès, donde nació, el 29 de noviembre del 826, su “deseadísimo” hijo Guillermo; casi quince años más tarde, el 22 de marzo del 841, nació su hijo Bernat. Poco después, el marido se llevó a los dos niños, con el fin de usarlos como prenda de sus intereses y luchas de poder. Para aliviar su dolor y contribuir a que pensaran en ella y se educasen según su deseo, Dhuoda les escribió entonces, en latín, un Libro manual –o sea, un libro que llevar y tener a mano-. Lo empezó el 30 de noviembre del 841 y lo terminó el 2 de febrero del 843, sin saber todavía qué nombre le habían puesto a su hijo pequeño. Aquí al lado, en la Biblioteca de Cataluña, se conserva uno de los manuscritos de su obra (BC 569).
La figura de la escritora Duoda fue una luz para las fundadoras de la revista. Porque nos indicó un horizonte simbólico –o sea, un horizonte de sentido- que no se cerraba en la insignificancia o en la miseria femenina, sino que estaba abierto infinitamente a la libertad, a una libertad propia de mujer porque orientada por la fecundidad, la fecundidad en todos los sentidos de la palabra. Descubrimos que Duoda no había respondido a la violencia de su marido con más violencia, es decir, no había sucumbido a los términos que él imponía, ni se había quedado tampoco ni paralizada ni ahogada en el lamento. Sino que había inventado una mediación extraordinaria: un libro con el que ella procuró educar a sus hijos para la felicidad y para la vida, guiada por el amor que sentía hacia ellos. El deseo que le movió a escribir fue –según ella misma dice- el hacer lo posible para que sus hijos vivieran y fueran felices: algo así de simple y así de difícil.
La mediación inventada por Dhuoda –mediación que es el libro vivo, el libro que propicia la vida y enseña la competencia de saber estar aquí en el mundo- es la única que ha perdurado en el tiempo con fecundidad, inspirando a mujeres que vivimos más de once siglos después de ella; no quedando, en cambio, de su marido mas que su condición de padre y la memoria de luchas nobiliarias de poder en la corte carolingia, luchas terribles que le costarían la vida, pues fue decapitado en Toulouse por orden del emperador Carlos el Calvo meses después de que Dhuoda terminara la escritura de su libro.
Durante sus dos primeros años de vida, la revista Duoda -de la que hoy presentamos los números 26 y 27, correspondientes al año 2004- fue una revista anual. Desde 1993 es semestral: sale en los meses de abril y de octubre. Desde el número 20 va ilustrada por una artista que está en relación con Duoda, generalmente a través de uno de sus proyectos más recientes, la Colección de Arte y Punto de Investigación La Relación, que fundamos en el año 2000 con el impulso y el entusiasmo de Elena del Rivero.
Por lo demás, la revista mantiene hoy la configuración con la que nació. Está compuesta por un texto editorial, una sección de artículos, otra de Tema monográfico (que en el número de otoño está formado por las conferencias ofrecidas en el Seminario público que celebramos cada año en primavera), otra sección dedicada a la Enseñanza, otra a la Creación literaria, otra a Debate abierto, otra a Grupos de mujeres o de hombres, otra a una Entrevista, y otra a recensiones de libros, exposiciones, películas y obras de teatro.
La revista Duoda tiene desde que nació un rasgo original. Es su ser camino de difusión y de creación de la política y el pensamiento de la diferencia sexual. En ella se han publicado muchos artículos dedicados a distintos aspectos de la política de las mujeres; por ejemplo, a la autoridad femenina, la libertad femenina, el orden simbólico de la madre, la práctica de la paz, la disparidad entre mujeres, la escritura femenina, el final del patriarcado, las expresiones libres del ser mujer en la historia...
“La diferencia sexual es uno de los problemas o el problema que nuestra época tiene que pensar”, escribió Luce Irigaray a principios de los años ochenta del siglo XX. Porque el sexo femenino –decía Irigaray- “no tiene nada que ver”: no tiene nada que ver en el doble sentido de que está oculto y de que no tiene nada que ver con el sexo masculino. Hoy ya no es un problema la diferencia sexual, sino una riqueza para la convivencia política. Pero la seguimos pensando y, sobre todo, practicando, porque cuesta ponerla en juego en el conocimiento y en la política, ya que el poder social se empeña y se esfuerza de mil maneras en ocupar él solo todo el espacio de la política. La diferencia sexual es el hecho de ser mujer u hombre, interpretado y dicho por cada mujer u hombre en lengua materna.
En la revista Duoda, practicamos la diferencia de ser mujer en relación con otros grupos de mujeres. Entre ellos destacan la Librería de mujeres de Milán y la comunidad filosófica femenina Diótima de la Universidad de Verona. De ellas hemos traducido y publicado muchos textos, que están a disposición de ustedes en la revista.
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