Trabajos D.E.A.
2006-2007

Uruguay, nación e identidad: «anclas simbólicas de un país en la diáspora «

Autor: GARCÍA GOYOS, Verónica

Universidad de Barcelona, 2006-2007

OBJETO DE ESTUDIO

El objeto de estudio del presente trabajo es analizar el proceso de construcción del relato fundante, el “ Discurso Nacional en Uruguay” y su actual re-conformación. Analizar “la nación imaginada desde adentro” ( dentro de las fronteras territoriales ), en el marco de una grave crisis económica, política y social que ha derivado en un desgaste de la cohesión social y un alarmante aumento de los índices de emigración (16% de la población total). Para explicar el proceso actual debemos adentrarnos en la elaboración del discurso fundante y los símbolos identitarios que lo acompañaron, en que marco fueron establecidos y como se elabora y re-elabora este o estos discursos según el devenir histórico. Las dificultades de este trabajo surgen del propio objeto de estudio ya que se refiere a un proceso “reciente”, que no cuenta con suficientes estudios esclarecedores del tema en las diferentes ramas de las Ciencias Sociales, se trabaja además sobre una “realidad abierta”, inconclusa y que se está en pleno desarrollo.

MARCO TEÓRICO

Partiendo de la idea de Benedict Anderson sobre la “nación imaginada”, la columna vertebral de mi trabajo es analizar como se imaginan los uruguayos como nación en la actualidad. Las naciones, entendidas como comunidades políticas “imaginadas” se caracterizan por la manera en que sus integrantes logran concebirlas como tales.

La identidad nacional se compone entonces de un conjunto de paisajes, tradiciones, hechos históricos y símbolos que representan las experiencias, triunfos y desastres que permiten a los integrantes de la nación reconocerse en la “imagen” de su comunidad. Hobsbawm explica que “[…] Por diferentes que los miembros de una nación puedan ser en términos de clase, género o raza, una cultura nacional busca unificarlos dentro de una identidad cultural, representarlos como pertenecientes a la misma gran familia nacional […] ofreciéndoles otras pautas de identificación”.

Las naciones como construcciones históricas tienen para América Latina (y Uruguay no es una excepción) fechas específicas, esta elaboración impuesta o negociada sobre los regionalismos se traduce en una versión nacional de unidad, que inventa un pasado, explica el presente y construye el futuro. De este modo delinea un ethos que aparece fijo, como si siempre hubiese existido y se transmite como una herencia que pertenece a todos. En realidad esta concepción oculta el carácter dinámico y de construcción continua que la identidad nacional tiene. En esta lógica se dan a ver imágenes, se explican discursos y se legitiman acciones

En Uruguay, el Estado surge antes que la Nación, y el proceso de desarrollo y afirmación lo convierte en el “diagramador” oficial de los símbolos de identidad nacional. En este diálogo entre el proceso de construcción estatal y la construcción de los discursos en torno a la nación se elaboran múltiples relatos a lo largo de los últimos 150 años, no solo desde la construcción del Estado sino también desde la visión cotidiana.

Pablo de Silveira afirma que los “uruguayos se ven a si mismos como un colectivo claramente distinguible de los que lo rodean y que no tienen la menor inclinación a confundirse con ellos. A casi dos siglos de la independencia, los uruguayos no pretenden ser otra cosa (…)”. Si bien estas afirmaciones pueden ser cuestionables, existe un consenso en la historiografía uruguaya que esa identidad conformada histórica y socialmente, se encuentra hoy arraigada y puede ser objeto de distinción, es decir identificable (la alteridad como seña de identidad). La misma se construye de un modo dialéctico desde lo individual y colectivo. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿en que relato/s se identifican los uruguayos?, ¿cuáles son las relaciones móviles entre lo individual lo colectivo, el “otro” y el “nosotros”?.

En función de lo antes señalado, el marco teórico en el que baso mi trabajo podría señalarse en 3 grandes puntos: la idea de la “comunidad nacional imaginada”, la alteridad como elemento distintivo de construcción identitaria, la dialéctica entre memoria individual y colectiva en la constante negociación del pasado (común e individual).

Se utiliza la contribución de varias Ciencias Sociales para éste estudio. Antropología, Sociología, Psicología Social, Ciencia Política y Economía, cada una de ellas aporta herramientas conceptuales necesarias para el análisis. Desde la Antropología los conceptos de cultura, comunidad imaginada y etnicidad que están presentes de manera constante en el trabajo, la Sociología aporta los conceptos de organización y cohesión social, clases sociales y estudio de datos demográficos. La Economía Social nos ayuda a relacionar procesos sociales con procesos económicos y finalmente la Política nos aportará los conceptos de partido político, caudillismo, modernización del Estado e intervensionismo (entre otros)

METODOLOGÍA

El proceso de estudio se inicia con el relevamiento pormenorizado de toda la bibliografía específica existente sobre identidad nacional organizando las diferentes ideas que se han elaborado previamente y que se encuentran diseminadas en varios estudios específicos. La bibliografía vincula estrechamente tres variables: la situación actual del Uruguay, la identidad nacional y la realidad de una sociedad migrante en unos niveles alarmantes que cuestionan la propia viabilidad del país como Estado-Nación soberano.

El relevamiento bibliográfico inicial fue guiado por la formulación de los siguientes problemas: ¿Cuáles son los discursos fundantes de la identidad nacional uruguaya? ¿Cómo se desarrollaron y cambiaron estos discursos? ¿Cuáles son sus representaciones o elementos unificadores? ¿Qué tipo de invenciones están presentes en esa construcción? ¿Cómo se observa a si misma una sociedad en crisis y dispersión?

A partir de estas interrogantes analizo la formación del “Discurso Nacional Homogenizador” y su proceso histórico (1870-1925) y los “ajustes” derivados de los cambios históricos estructurales. Este primer relato sintetizador de lo nacional tiene dos características importantes. Por una banda, la excepcionalidad de la fundación de la “uruguayidad” en América Latina. La unificación del relato nacional se desarrolló en un marco histórico de estabilidad política, importante crecimiento económico y alubión inmigratorio europeo. Por la otra, el hecho que desde su inicio, la soberanía y la nación están bajo observación y análisis constante. La viabilidad del país es interrogada desde todos los sectores sociales.

Teniendo en cuenta éstas características planteo el siguiente orden histórico de los discursos:
· El discurso homogenizador: la síntesis entre el nativismo y el cosmopolitismo.
· El discurso crítico y de crisis de los`60: la aproximación a Latinoamérica.
· El discurso autoritario: la exclusión para conformar la “orientalidad”
· El discurso Neo-liberal y la aceptación de la pluralidad.
· El discurso de la crisis y la diáspora: crisis y transición (que es el que pretendo desarrollar en mi trabajo).

Al crear este orden discursivo analizo en profundidad la información bibliográfica obtenida y la profundizo agregando nuevos elementos. En el último punto es donde proceso una batería de hipótesis que desarrollo en el presente trabajo, éstas son:

· El proceso de crisis estructural que se ha profundizado en Uruguay entre 1998 a la actualidad, ha desmoronado los discursos de identidad nacional vigentes desde finales del s. XIX.
· Se pone en cuestionamiento la viabilidad nacional ante la imposibilidad de solventar los parámetros de esos mismos discursos fundantes.
· El cuestionamiento de la viabilidad se ha convertido paradójicamente en un nuevo rasgo identitario. La cultura nacional representada desde “el desastre”
· El proceso de emigración actual se ve “desde adentro” con la “culpa” de un país que se conformó como receptor de inmigrantes y hoy se auto-contempla como expulsor de los hijos y nietos de esos propios inmigrantes.
· La emigración masiva, se ha constituido en un reducto donde se guardan e idealizan los rasgos identitarios nacionales que la realidad socio-económica no permite dentro de las fronteras (hipótesis a desarrollar en mi trabajo final).

FUENTES

Las fuentes utilizadas fueron: relevamiento y fichado de periódicos, semanarios y revistas de los diferentes momentos históricos : El País, El Día, La Democracia, El Plata, La República, La Revista del Soldado, etc (trabajo realizado en la Sala Uruguay de la Biblioteca Nacional), análisis de textos escolares (Geografía, Historia y Educación Cívica) trabajo realizado en el Museo Pedagógico. Relevamiento de letras del Carnaval Uruguayo (Museo del Carnaval y D.A.E.C.P.U) . Datos estadísticos e información proporcionada por el Departamento 20 dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, análisis de datos demográficos actuales proveniente de las estadísticas del Instituto de Estadística y Censo del Uruguay. Letras de solistas y grupos uruguayos proporcionadas por A.D.E.M.U (Asociación de músicos del Uruguay). Análisis del discurso literario de algunos autores específicos: Zorrilla de San Martín, La generación del 80, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, etc. Archivo fotográfico de la Intendencia de Montevideo y del S.O.D.R.E, páginas web gubernamentales y de contacto.

CONCLUSIÓN

El Uruguay culminaba la elaboración de su discurso nacional al cumplir los 100 años de vida independiente, los símbolos referenciales pueden resumirse en lo siguiente: “…el establecimiento de una relación de primacía de lo público sobre lo privado; una matriz democrática-pluralista de base estatista y partidocéntirca: una reivindicación del camino reformista que se sobreponía simbólicamente a la antinomia conservación-revolución; la primacía del mundo urbano, con todas sus múltiples implicaciones: el cosmopolitismo de perfil euro-céntrico, el culto a la excepcionalidad uruguaya en el concierto internacional y fundamentalmente dentro de América Latina; la exaltación del legalismo, entendido como el respeto irrestricto a las reglas de juego (contenido y forma del consenso ciudadano); el tono optimista de la convivencia; el destaque de los valores de seguridad y de la integración social, cimentados en una fuerte propensión a la idea de fusión de culturas y sentimientos”.

La crisis económica y social de los últimos 8 años ha significado la ruptura de esta idea o modelo de la Nación. El derrumbe de los marcos económicos y políticos que sostenían el discurso nacional fuerzan la transformación del mismo y su re-elaboración. Solo unos pocos anclajes simbólicos se mantienen por su maleabilidad y funcionalidad: la idea del Estado como vertebrador de la realidad nacional y sus conflictos, la imagen de Artigas (héroe de la Independencia) como símbolo de unidad nacional a pesar de las diferencias, la discusión sobre la excepcionalidad uruguaya y la viabilidad del país criterios sociales de auto-evaluación constante, las costumbres y cultura popular sobredimensionadas en su función de reductos del “sentir” nacional. El uruguayo ha revertido el tono optimista de la convivencia por el de la disgregación social ante la debacle económico-social, este fenómeno tiene en la emigración uno de sus principales protagonistas. En este nuevo marco histórico se plantea un nuevo discurso nacional que se elabora desde “el desastre” y la “diáspora”.