Trabajos D.E.A.
2007-2008

La política europea de vecindad-PEV (2004-2008)

Autor: ROURE PUJOL, Carme

Universidad de Barcelona, 2007-2008

Imatge de la publicació

INTRODUCCIÓN

Después de la segunda guerra mundial y en el marco de la reconstrucción europea se establecieron los Acuerdos de Postdam que internacionaliza la cuenca del Ruhr; zona de rivalidades por la producción de productos básicos para la industria como el carbón y el acero.

Sería a partir de esta administración internacional1 que se pensaría en un proceso de integración europea que neix2 con la creación del tratado de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y el Acero). Sería Francia quien desencadenaría el proceso a partir de la Declaración Schuman3, el nueve de mayo de 1950. La CECA se fundamenta a partir de unos pilares básicos: la puesta en marcha de un mercado común, unos objetivos comunes y unas instituciones dotadas de poderes efectivos e inmediatos.

Durante todos estos años Europa se ha ido ampliando y lo ha hecho a partir de unos criterios establecidos en el Consejo Europeo de Copenhague (junio de 1993). Los países aspirantes a formar parte de la Unión Europea debían responder a tres categorías diferents5, pero también a una estrategia de preadhesión que tenía como objetivo coordinar un conjunto de iniciativas y relaciones entre la UE y los países susceptibles de incorporarse se hay que constaba de dos fases: la fase de preparación y la fase de negociación.

Si tenemos en cuenta que no hay fronteras para definir dónde comienza y dónde termina Europa, cada nueva ampliación de la UE ha llevado nuevos vecinos, los cuales, pueden acabar pidiendo su adhesión. De ahí pues que surge la primera pregunta: ¿es bueno para la UE irse ampliando sin cesar? Si es así, y caben proyectos políticos e institucionales? O sólo se podría pensar en una UE del libre comercio a escala continental?

 

El 11 de marzo de 2003, la Comisión Europea adoptó una Comunicación en la que se establecía un nuevo marco de relaciones con los países del este y del sur vecinos de la Unión Europea para poder crear un «círculo de amigos «basado en la paz y la cooperación: Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Rusia, Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Palestina, Siria, Túnez. De esta manera y con este nuevo estatuto del vecino se quieren poner unos límites que sin querer decir que se cierran de manera definitiva las puertas a nuevas adhesiones, sí es una vía indirecta de fijar fronteras.

En el debate: el futuro de la UE, el cinco de diciembre de 2002, Romano Prodi6, Presidente de la Comisión Europea, decía: «Compartir todo excepto las instituciones».

En 2004 se desarrolla la Política Europea de Vecindad (PEV) en el contexto de ampliación de la UE (el uno de mayo de 2004 y con la entrada de 10 países más, nace la Unión Europea de los 25) con el objetivo de colaborar con los Estados que comparten fronteras terrestres o marítimas a fin de evitar la aparición de nuevas líneas divisorias entre la UE ampliada y los vecinos, y, intentando consolidar la estabilidad, la seguridad, el desarrollo económico y el bienestar de todos. El nivel de ambición de la relación dependerá de la medida en que estos valores son compartidos. La PEV no tiene nada que ver con la ampliación y no ofrece ninguna perspectiva la adhesión.
El elemento central de la política europea de vecindad son los planes de acción bilaterales, convenidos mutuamente entre la UE y cada uno de los países socios. Javier Solana7 y Chris Patten8 dibujan en este sentido una Europa con tres grupos de vecinos: el Mediterráneo (Proceso de Barcelona9), los Balcanes Occidentales (Proceso de Estabilización y Asociación) y los otros vecinos orientales (Acuerdos de Asociación y Cooperación)