Trabajos D.E.A.
2007-2008

La Guerra Civil y la represión de posguerra: El Masnou, 1936-1952

Autor: GARCÍA SANANTE, Álvaro

Universidad de Barcelona, 2007-2008

A partir del 14 de abril de 1931 emprendió camino la II República Española, que pretendía superar el atraso político de la monarquía borbónica y la dictadura de Miguel Primo de Rivera. El proyecto debía superar importantes barreras, pues el país sufría una recesión económica debido a la Gran Depresión mundial. En Masnou el nuevo Régimen llegó con grandes esperanzas depositadas en el Ayuntamiento democrático controlado por ERC. El nuevo Consistorio trató de hacer frente a los problemas económicos con diferentes proyectos de inversión pública como la mejora de los centros educativos, abertura de calles, el proyecto del nuevo mercado o el impulso de la cooperativa de las Casas Baratas para los obreros.

En mayo de 1934 la situación política se radicalizó en Cataluña a consecuencia de los enfrentamientos entre la Generalitat y el Gobierno, lo cual terminó con la insurrección armada de simpatizantes de ERC y con la proclamación del Estado catalán dentro de la República Española. Masnou fue un municipio que concentró hasta un centenar de participantes en la insurrección que partieron hacia Barcelona para apoyar la postura de la Generalitat, entre los que destacó Pere Estapé, jefe comarcal de ERC. Tras el fracaso de la acción armada llegaron las primeras detenciones y depuraciones municipales, y se formó un Ayuntamiento de imposición militar nombrado por el comandante del Ejército Francisco Alvarez-Builla y formado exclusivamente por concejales de la Lliga.

Tras las elecciones legislativas de febrero de 1936 en las que ganó el Frente Popular llegó a su fin el periodo de gobierno administrativo por imposición. Sin embargo, la derecha más reaccionaria, encabezada por sectores militares y la Iglesia, protagonizó el 17 de julio de 1936 un golpe de Estado que fracasó en varias zonas de la nación, incluida Cataluña. En Masnou, el sector de la población que defendió la conspiración se aglutinó alrededor de la casa de la marquesa de Lapilla. Pero el golpe fracasó, gracias a la participación activa de las clases populares y a los miembros que formarán Comités Antifascistas en cada población. En Masnou el Comité estuvo dirigido por Joan Juan, alcalde y dirigente de la CNT. Los milicianos de Masnou consiguieron armamento al participar en el asalto de la caserna de Sant Andreu, crearon barricadas en la carretera y quemaron la parroquia de Sant Pere. Mientras, el Ayuntamiento expulsó por decreto a los regidores que pertenecían al Front Català d´Ordre. Pese a la disolución del Comité por el decreto del 9 de octubre de 1936, los miembros y las competencias en economía, administración y defensa pasaron al Ayuntamiento. A partir del 20 de octubre el Consistorio pasó a estar presidido por Joan Juan hasta principios de1938 cuando decide marchar al frente. Es en el transcurso de este periodo que surgieron los enfrentamientos de los Hechos de mayo de 1937 a consecuencia del decreto de la Generalitat del 1º de marzo que pretendía disolver las concejalías de defensa. En Masnou Joan Juan cuestionó la normativa mostrándose reticente. Esto desencadenó la retirada temporal de los demás concejales del gobierno local que no eran de la CNT. Otra situación de enfrentamiento que se vivió en mayo del 37 fue el intento frustrado de invasión armada por parte de milicianos del Masnou del pueblo de Alella.

Uno de los aspectos poco comentados de la guerra fueron los casos de represión contra los enemigos de la causa antifascista. El fervor político de los milicianos de Masnou se transformo en una persecución no vista hasta entonces. Estas acciones se produjeron sobretodo por faístas durante las primeras semanas de la guerra. En Masnou fueron asesinadas 29 personas que representaba el 0,59 % de la población. La mayoría de ellas estaban relacionadas con el mundo católico.

Otro de los sucesos característicos en Masnou durante la guerra fue la intensa actividad en materia de incautaciones, respaldado por el decreto del 5 de agosto de 1936. El resultado fue la ocupación de numerosas propiedades y viviendas, y la creación de la Colectividad Agraria. Con el decreto del 24 de octubre se establecen las bases de las incautaciones de fábricas que permitía a los obreros apoderarse de la industria en un sistema económico mixto que no hizo desaparecer la iniciativa privada. Finalmente con el decreto de municipalización de la vivienda se legalizaban todas las incautaciones realizadas por el Ayuntamiento, pasando a cobrar todos los alquileres de las viviendas del pueblo. Todas estas medidas junto con la creación de nuevos impuestos y donaciones de sindicatos sirvieron para luchar activamente contra el paro.

Por otra, con el inicio de la guerra aumentó la incertidumbre económica que produjo la falta de moneda suficiente en curso. La incerteza económica fomentó el atesoramiento de metales y los excluyó de la circulación. Las empresas y las cooperativas trataron de solucionar el problema emitiendo vales y la Generalitat creó moneda fraccionaria de 10, 5 y 2,50 Pts que no fue suficiente. Esto propició que con la modificación de la Ley Municipal del 9 de octubre también pudieran emitir moneda local. En Masnou hubo una emisión de billetes llamados Juanitos de 1, 0,50 y 0,25 Pts y de sellos.

Como instituciones significativas adquirió un papel destacado la casa del marqués de Masnou. Tras la incautación del 24 de julio de 1936 y la cesión voluntaria de la familia Fabra al Ayuntamiento, el edificio se destinó como centro de experimentaciones técnicas a cargo de Luis Vié Casanovas, técnico de la sección de Ingenieros y Técnicos del Sindicato Único de la CNT. En la emblemática finca se instalaron varios departamentos científicos en los que trabajaron algunos de los investigadores más destacados del país como el astrónomo José Comas. Destacó el campo de experimentación agraria que analizaba varios cultivos situados en los jardines de la finca. Sin embargo, también se realizaron investigaciones militares: algunos científicos bajo encargo del Gobierno investigaron la técnica de los impulsos eléctricos, campo pionero y desconocido que no consiguió hasta más tarde alguna aplicación práctica, siendo el radar la más destacada.

Otra institución importante fueron los Laboratorios del Norte de España, propiedad de la familia Cusí. Destacó el comportamiento de Joaquim Cusí y su obra social: dedico esfuerzos en la creación de un orfanato como granja-escuela llamado Mon, Mar i Cel.

En la empresa buena parte de los empleados militaban en partidos independentistas y, aunque fue incautada por la CNT al inicio de la guerra, no tardaron miembros de ERC en ocupar la gerencia. Durante la guerra, los productos oftalmológicos que producían sirvieron para atender el frente, y gracias a esto la empresa fue distinguida con visitas de altos cargos del ministerio de Sanidad.

Uno de los problemas excepcionales a los que tuvo que enfrentar la población de Masnou fue el de la llegada de cientos de refugiados procedentes de las zonas del frente. Desde octubre de 1936 llegaron los primeros refugiados y alcanzaron picos de hasta 528 personas desde noviembre del 37 a febrero del 38, formados en su mayoría por menores acompañados de algunas madres. Se creó una Junta local que los repartió entre las casas de los vecinos, y no fue hasta finales de 1937 que el municipio destinó viviendas colectivas, siendo la más destacada la colonia infantil Can Guarino.

Otro de los problemas graves para la población fue la falta de alimentos que trataron de solucionar con la creación de la concejalía de Abastecimientos. Esta institución sirvió para centralizar la adquisición de alimentos, controlar los precios de venta y repartir tarjetas de racionamiento. Sin embargo los enfrentamientos políticos entre regidores y la reticencia de los campesinos para aceptar las normativas municipales impidió el buen funcionamiento de este departamento.

Tampoco estuvo exento de dificultades el ambicioso proyecto educativo municipal. Para garantizar la enseñanza pública a toda la población se creó el consejo local del CENU en Masnou. El municipio aportó los edificios; en su mayoría eran antiguas escuelas privadas o de la Iglesia incautadas por los sindicatos. La Generalitat asignó los docentes y el material escolar. En total se instalaron 7 escuelas al servicio de 1.100 niños.

Pero sin duda, las acciones que más impactaron a la población durante el periodo bélico fueron los bombardeos. Masnou sufrió hasta 7 ataques del Ejército franquista. El 4 de julio de 1937 el crucero Baleares bombardeó varias embarcaciones pesqueras entre Montgat y Premià. El primer ataque con víctimas mortales llegó al poco: el 19 de septiembre a las 22:25 tres aviones lanzaron bombas incendiarias sobre la carretera y la vía del tren, causando 8 muertos. A final de aquel mes el general Franco envía un telegrama a la aviación de Mallorca ordenando el bombardeo de la casa del marqués y los Laboratorios del Norte de España creyendo que se realizaban armas químicas. La orden se ejecuta el 29 de septiembre con tres ataques (6:30, 13:40 y 18:30) sin destruir los objetivos pero matando a 4 personas. Al año siguiente, el 20 de julio de 1938 aviones italianos ametrallaron de nuevo la casa del marqués matando a dos trabajadores del edificio. Finalmente el 26 de enero de 1939, día de la ocupación franquista del pueblo un nuevo raid sobre la periferia de la estación acaba con la vida de 14 personas, algunos forasteros que huían hacia Francia.

Ante este peligro, las medidas en defensa pasiva fueron varias, pero insuficientes para cubrir las necesidades de toda la población. Construyeron 4 búnkeres en la playa como parte del proyecto levantado en toda la costa del Maresme. También se construyó el refugio para los empleados de los Laboratorios y 4 refugios públicos. Restan las minas de agua particulares que los vecinos las aprovecharon para refugiarse.

Con la entrada de las tropas del CVT División Littorio se pone fin la etapa republicana del municipio. El alférez Jesús Zulaica Vilachica crea la nueva Comisión Gestora y nombra el nuevo equipo de gobierno, presidido por el alcalde José J. Millet Cunill. El Ayuntamiento franquista depuró a los funcionarios y suspendió todas las decisiones municipales nombradas con posterioridad al 18 de julio de 1936, impulsó Comisiones de Recuperación para devolver las propiedades a los antiguos dueños y proyectaron la reconstrucción de los edificios destruidos, especialmente la parroquia.

A muchos vecinos les llevaron a la cárcel de partido de Mataró para investigar sus actividades políticas. Si las pruebas permitían un consejo de guerra solían trasladarlos a la Modelo. Hasta 35 vecinos del Masnou estuvieron presos en la Modelo, de los que tres fueron ejecutados. La mayoría de presos recibieron la sentencia de 12 años y un día por un delito de auxilio a la rebelión. Sin embargo, entre 1941 y 1944 muchas de las condenas se rebajaron o les aplicaron la libertad condicional.

Otro ejemplo de represión fue la sufrida por los soldados del Ejército popular capturados durante la guerra. Fueron trasladados 44 vecinos de Masnou a campos de concentración para clasificar su afinidad política. Finalmente cabe mencionar los 133 jóvenes de Masnou pertenecientes a las quintas de 1936 a 1941 que fueron movilizados para hacer la mili (o volverla a hacer) a partir de la clasificación que hizo la caja de recluta municipal, en función de su afinidad al Régimen.

El último ejemplo de represión que mostramos la sufrió el maqui Pedro Adrover Font. Miembro destacado del grupo armado Talión que operó en Barcelona entre abril de 1947 a diciembre de 1949.