El presente trabajo es el resultado del estudio crítico de un fondo documental del máximo interés para comprender las relaciones entre sociedad, política y religión en el período de la Restauración alfonsina. El epistolario de Felix Sardá y Salvany, conservado en el Archivo de los jesuitas de Barcelona , nos permite aproximarnos a la mentalidad, la problemática y las iniciativas de una generación marcada por la confrontación con el liberalismo revolucionario.
Félix Sardá y Salvany es un personaje singular de este periodo. Nació en Sabadell en 1841. Ordenado sacerdote en 1865, dedicó su vida a la propaganda antiliberal hasta el momento de su muerte (1916), ejerciendo un gran influjo como publicista en el sector más radical del carlismo. Sardá fue, tal vez, el más destacado apologista del integrismo antiliberal. Autor de un opúsculo que conoció numerosas ediciones hasta bien entrado el siglo XX, El liberalismo es pecado (1884), fue director de tres publicaciones, El Diario de Cataluña (1888), Diario Catalán (1893), y la Revista Popular, periódico de larga vida y celebridad (1871-1916).
Sardá fue también el ideólogo partido integrista, surgido tras la escisión del partido carlista protagonizada por Ramón Nocedal (1888). Punto de referencia de las polémicas periodísticas de los años ochenta, Sardá será implacable con la postura de los católicos que en admitían el régimen canovista como un “mal menor”.
La importancia histórica del publicista de Sabadell reside en haber sido punto de referencia del antiliberalismo católico en las postrimerías del siglo XIX. Sardá iba a contribuir al retraso de la entrada de las fuerzas católicas en el juego político. Cuando cambió de actitud, a mediados de la década de 1890, el sistema político de la Restauración acusaba ya un desgaste notable. A finales del siglo XIX, resultará prácticamente imposible la construcción de un partido aglutinante de las masas católicas, con amplitud de miras y depurado de falsos prejuicios.