Carlos Sancho y Andrés Bermúdez estudiantes del Máster Oficial de Gestión Cultural de la Universidad de Barcelona realizaron un informe prospectivo del GAM, ubicado en Santiago de Chile. En este informe, Carlos y Andrés indagan sobre la propuesta de valor, la estrategia de formación de audiencias, la gestión de los recursos y el presupuesto.
El Centro Cultural Gabriela Mistral, o GAM, como es llamado comúnmente, es un espacio cultural ubicado en el centro Santiago, capital de Chile. Una de las razones de hacer el análisis a este centro cultural es que así se pueden contrastar las realidades culturales de territorios fuera de Barcelona y España. Otra de las razones fue conocer un modelo exitoso de trabajo de públicos, que se caracteriza por incorporar una estrategia de formación de audiencias desde que era un proyecto, lo que ha llevado a que hoy sea reconocido como un espacio referente a nivel suramericano.
Su historia se remonta a los años 70, tras servir como sede para la tercera conferencia de la UNCTAD, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCED) en 1972, este lugar se llamó Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral y funcionó como un gran punto de encuentro social y artístico hasta que ocurrió el golpe de estado en Chile en septiembre de 1973. La junta militar cerró el espacio y lo transformó en su centro de operaciones. De vuelta a la democracia (1990) se convirtió en sede de congresos y encuentros. En 2006, un incendio destruyó parte de su infraestructura lo que llevó a que el gobierno de Michelle Bachelet decidiera que se convirtiera en el centro cultural clave del país. Fue así como pasó a ser en 2010 el Centro Cultural Gabriela Mistral, el GAM.
El GAM se caracteriza por ser un espacio que difunde las creaciones artísticas de teatro, danza, música clásica y popular, artes visuales y arte popular. Es un lugar de encuentro entre públicos y creadores, especializado en artes escénicas y musicales. Su ubicación es privilegiada en el centro capitalino, facilitando el acceso al espacio, por ende, a su oferta programática, donde también se viven diferentes expresiones culturales en sus espacios abiertos, tales como bailes de K-Pop, danza afro, bailes tradicionales, ferias de vinilo y de antigüedades, entre otras.
GAM es un modelo exitoso de gestión de públicos y de programación, no así de recursos. En los informes presupuestarios queda en evidencia su alta dependencia del aporte directo que le entrega el Ministerio de las culturas, las artes y el patrimonio. Principal amenaza, porque a su vez depende del presupuesto del Estado y lo que éste determina asignar cada año. Por lo tanto, GAM debería diversificar sus fuentes de ingreso por medio de, por ejemplo, patrocinadores ya que es un espacio con potencial y atractivo para marcas por: su ubicación, la diversidad de públicos y el positivo posicionamiento que tiene.
Al compararlo con la realidad de otros espacios culturales de Barcelona, las dificultades de la sostenibilidad y continuidad de estos lugares es parecida: bajo presupuesto, dependencia de un solo patrocinador o del Estado, necesidad de conocer a los públicos para así desarrollar estrategias comunicacionales efectivas y dirigidas.
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