Jaume Colomer, recocido gestor cultural que ejerció como docente de la cátedra de Estudio de Públicos y Políticas de Programación del Master de Gestió Cultural de la Universitat de Barcelona, es entrevistado por las estudiantes Marta Goñi y Eva Pérez. Su interés en realizar esta entrevista se fundamenta en la importancia que para ellas suscita el trabajo de investigación en gestión de públicos que ha desarrollado Colomer en su carrera educativa y profesional.
Jaume Colomer es filósofo de profesión y, desde el año 2003, es el director de Bissap, su proyecto empresarial especializado en la consultoría de las artes escénicas. Coordina la secretaría técnica del Cercle de Cultura y de la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española. Tambien ha sido comisionado de Mercartes, asesor del gobierno del Perú para la gestión del Gran Teatro Nacional y director editorial de Quadernes Gescènic.
Sabemos que usted tiene un largo recorrido en el mundo de la Gestión Cultural. ¿Podría explicarnos, a grandes rasgos, cómo ha cambiado el sector cultural desde que empezó a tener contacto?
Cuando hablamos de sector cultural supongo que nos referimos al sector profesional. Yo empecé a implicarme a finales de la década de los 70, en una mesa de planificación cultural de Catalunya que convocó el consejero de cultura (Jordi Maragall) cuando en Josep Tarradellas era presidente de la Generalitat provisional. Los que fuimos convocados éramos militantes de la causa cultural. Lo que más ha cambiado desde entonces es que el sector se ha profesionalidad y se han consolidado estructuras de gestión muy diversas. También ha cambiado el contexto social, político y económico. Y sobre todo ha habido una revolución digital que ha cambiado muchas cosas.
¿Qué cualidades cree que son indispensables para ser un buen gestor cultural.
Tener unos valores éticos consolidados, conocer el sistema cultural local y global, y haber adquirido competencias profesionales relacionadas con las funciones que desarrolla.
Tiene que cambiar algo en la educación catalana para que la cultura tenga un futuro de éxito?
¡Por supuesto! Hace falta que el sistema educativo, que depende básicamente del gobierno central, incorpore contenidos y competencias humanísticas y artísticas. Actualmente, tiene por objetivo formar personas productivas en el sistema económico vigente, no personas libres y felices.
Habría que hacer más caso de las reflexiones de Nuccio Ordine sobre el valor de las cosas inútiles. El gobierno de Catalunya puede intervenir poco en esto, ya hace bastante al mantener la inmersión lingüística y promover la educación activa basada en el constructivismo pedagógico. Haría falta que los agentes educativos y culturales dialogaran más y establecieran estrategias conjuntas para optimizar su acción.
Finalmente, como referente internacional en la gestión cultural y en la gestión de públicos, a pocos meses de jubilarse, qué consejo nos daría a jóvenes prometidas de este sector?
Ni soy ningún referente internacional ni os tenéis que considerar jóvenes promesas. Eliminando estas etiquetas banales sí que podemos compartir una cosa: que la gestión cultural es una profesión que requiere, por un lado, pasión por la cultura y, por otro lado, oficio. El oficio se aprende a partir de una buena formación académica y a través del ejercicio práctico buscando la mejora continua a través de la reflexión y el ensayo y error en el marco de comunidades de práctica.
Para leer la entrevista completa y conocer las conclusiones de esta conversación con Jaume Colomer, puedes dar click aquí.