Aitana Enciso Membrado
Diciembre 2021
Resumen
Las primeras publicaciones en papel especializadas en el estado español aparecieron en los años 70 del siglo veinte. Revistas como Popular 1, que aún sobrevive, empezaron a editarse para hablar de los nuevos grupos de rock que iban apareciendo, teniendo todas como modelo a seguir la prensa musical inglesa.
Durante los años ochenta y noventa, los redactores/prescriptores de revistas como Ruta 66 o Rockdelux, aparecidas en 1984, filtraban la información sobre diferentes tipos de música en estas publicaciones mensuales. En el cambio de siglo aparecieron publicaciones gratuitas en papel, también mensuales, financiadas a través de publicidad, cuya única superviviente es Mondo Sonoro. Y a partir de 2007-2010, se montaron distintas webs con publicidad en las que sus editores y redactores comentaban la actualidad musical. Si bien el papel ya estaba en crisis desde 2015, la estocada perfecta ha sido la pandemia, con la desaparición de Rockdelux en papel en 2020 para convertirse en web de pago y controlada por Primavera Sound; Popular 1 con unas ventas muy bajas y editando libros; Ruta 66 con web y manteniendo a duras penas sus ventas; Mondo Sonoro enviando el papel a los suscriptores, y, junto con el resto de webs, con pocos anunciantes o marcas interesadas en ellas. ¿Estamos ante el fin de la prensa escrita musical?
Introducción
Este fenómeno es un poco más complejo, pues hay webs como Jenesaispop o Mondo Sonoro que tienen un volumen muy alto de visitas. Las últimas cifras de 2021 son de más de 800.000 visitas a estas webs, de una duración que ronda los 4 o 5 minutos por lector.
Lo que sucede es que en los últimos dos años gracias al COVID y la caída de los anunciantes, las segundas webs más consultadas no han podido terminar de profesionalizarse, como Binaural, o Muzikalia y DodMagazine, que estaban a punto de lograrlo en 2019, y Mondo Sonoro ha perdido a la mitad de la plantilla, y paró durante meses su edición en papel, y como Jenesaispop, a gran parte de sus anunciantes.
En el momento que se empezó a optar por la digitalización de la prensa musical, con nuevas webs montadas por nuevos profesionales interesados en este nicho del sector musical, y algunas publicaciones en papel añadiendo webs a sus ediciones físicas, esto permitió el empleo de más periodistas y colaboradores remunerados, y la renovación de la crítica musical. El modelo de las webs es financiarse a través de publicidad (banners) normalmente relacionada con la música (patrocinadores como Heineken o Estrella Damm, o los propios festivales) pero también de otros tipos, desde Endesa hasta el propio Google. En unos casos esto llega para pagar la parte técnica de la web y los redactores tienen otro trabajo, y en otros, como Jenesaispop o la web de Mondo Sonoro, sí que puede ser un empleo a tiempo completo. Si están financiadas por publicidad se produce una reducción del coste de lectura, que en este caso es cero, de acceso libre.
La crítica musical, en este caso de música moderna de distintos estilos (rock, hip-hop, pop, electrónica de baile y todos sus subestilos),se basa en que el periodista actúe como prescriptor o líder de opinión, y así una opinión favorable se traduzca en un buen funcionamiento de un primer trabajo de un grupo primerizo que pueda hacer que sean más conocidos. En el caso de un grupo ya conocido refuerza su aceptación y favorece que continúe su trayectoria.
El valor de la crítica musical, en este caso la de la prensa escrita, siempre ha sido simbólico, por la dimensión generacional de la música, y también emocional, pues la música apela a nuestros sentidos y para muchas personas no es una afición más, si no una expresión de su estado de ánimo que incluso le puede ayudar a gestionar emociones.
En este artículo hablaré de la prensa musical que se ha ocupado habitualmente de la música no tan conocida por el gran público, la de los programas de La 2, Radio 3, Icat, Canal 33 o Btv, que empezó con la mal llamada explosión del rock “indie” y el hip-hop a mitad de los años 90, y posteriormente ha seguido cubriendo festivales medianos o de un día, giras en salas pequeñas, medianas y grandes de todo tipo de estilos. De Los Planetas y Siete Notas Siete Colores en los noventa a María Arnal y Rosalía en nuestros días. También de las nuevas maneras para informarse a disposición del público que han ido apareciendo en los últimos años, los podcasts y también las sugerencias automáticas de las plataformas digitales de escucha, el temible y bastante odiado por los músicos “algoritmo de Spotify”.
El sector musical estatal está en una crisis profunda
Gracias a la pandemia y la cancelación obligatoria de los directos y el cierre de las salas musicales, el sector musical estatal está en una crisis profunda de la que está empezando a salir. La prensa escrita, profesionalizada del todo o no, (webs y revistas en papel de pago o gratuitas) también ha sufrido un revés económico grande que se ha traducido en distintos escenarios, casi a uno individual para cada medio.
A las webs les ha hecho daño la consolidación de los podcasts, especializados en música o de tendencias con secciones musicales, que parece ser el medio de moda en auge actualmente para informarse sobre música, pues hay muchos, solo Primavera Sound tiene unos diez de diferentes temáticas disponibles en Spotify, segmentados por temas y presentados por escritores o periodistas más o menos jóvenes o conocidos, pero que se llevan gran parte del público potencial que hasta 2016, 2017 o 2019 podían aglutinar las webs.
Además de los podcasts y las sugerencias que te haga Spotify o Deezer a través de los algoritmos, las propias redes sociales de Festivales, salas y artistas ya son una fuente de información. Los perfiles de Instagram de los grupos que suelen publicar a menudo lo que hacen o sus próximos conciertos ya pueden mantenernos informados, y aunque sigue habiendo bandas sin redes sociales, esto ya es la manera preferida de mucho público para informarse, porque las salas o festivales grandes y pequeños también tienen, con lo que parte del público además visitará una web pero otra gran parte no.
Si bien hay público objetivo interesado en información musical, lo que parece claro es que este público cada vez necesita menos a un redactor/prescriptor que le aconseje o haga un reportaje sobre una banda o cantante. Además, como las webs están más centradas en la música no comercial de todo tipo, digamos en los grupos que no suenan en las grandes cadenas generalistas o salen de concursos televisivos o por la televisión en prime time, sino en Radio 3 o radios locales o regionales, aunque puedan analizar fenómenos que venden mucho como el trap, también han sufrido la bajada de presupuesto destinado a anunciarlos que en épocas anteriores gestionaban las agencias de medios, casi desaparecidas.
A día de hoy los sellos distribuyen el presupuesto que tengan para un grupo emergente en hacer algún videoclip y notas de prensa con la información del disco y el grupo para enviarla a los medios y poco más, pues la gran mayoría de los grupos se encuentran en una situación precaria y destinan poco presupuesto en promoción. Durante la pandemia, los directos y festivales estuvieron mucho tiempo sin llevarse a cabo, y las salas cerradas, con lo que las agendas o prensa en papel no se repartían (de ahí que Mondo Sonoro estuviera muchos meses sin imprimirse) y las webs fundamentalmente reseñaban la aparición de nuevos discos, directos online y los pocos conciertos en directo que se empezaron a celebrar tras el confinamiento (con cambio de fechas, aplazamientos o cancelaciones incluidas).
Se ha pasado de una situación semi consolidada hasta 2019, con dos webs muy visitadas y profesionalizadas, es decir, varias personas en plantilla, como Jenesaispop y la de Mondo Sonoro que complementaba su edición en papel, porque Mondo además cuenta con redacciones en distintas regiones, más Binaural, Muzikalia, DodMagazine y multitud de webs más pequeñas; a una precariedad tremenda en todas las vertientes del sector musical que ha afectado de lleno a los medios escritos.
Los podcast
Además, la irrupción de los podcasts, que en mi opinión es preocupante porque indica que se deja de leer y de escuchar radio convencional para hacerlo de otra manera, mucho más controlada por los pocos conglomerados o discográficas grandes, como el grupo Primavera Sound con Radio Primavera, o de prescriptores diferentes con calidad muy desigual. Aunque hay casos de periodistas haciendo podcasts sobre música de manera rigurosa, similar a programas en ICat o Radio3, como Toxicosmos, realizado por un locutor valenciano, no es lo habitual. En el caso de Radio Primavera es una manera de promocionar fundamentalmente sus propios grupos, los que editan bajo Primavera Labels, dejando de lado todos los demás o hablando de ellos en menor medida.
El problema es que si los pocos medios están en manos de los sellos, la independencia para criticar un disco o un directo brilla por su ausencia, pues esto ya era un problema que arrastraba la prensa musical con un pacto tácito de hablar predominantemente de discos o giras que gustaran lo suficiente a los redactores, algo que ahora ya en un medio que hable de un grupo cuyo disco también ha editado no se va a dar. El ejemplo más claro es el conglomerado Primavera Sound, que abarca sus festivales, que llevan dos años sin celebrarse; su sello Primavera Labels, con varios artistas que durante la pandemia sí que han podido actuar en algunas épocas o en comunidades más permisivas; Radio Primavera, disponible en Spotify con más de diez podcast con un público muy amplio, y además adquirió lo que era RockdeLux para convertirlo en web de pago. RockdeLux mantiene su línea ecléctica con poca plantilla, pero claro, su imparcialidad o cancha a diversos sellos y estilos queda bastante en entredicho, así como para criticar más objetivamente a un grupo de Primavera Labels.
Recuperar el volumen de trabajo, anunciantes y el público previo a la pandemia
A pesar de los cambios sociales, la prensa musical históricamente ha reflejado escasamente el interés de las mujeres por la música, con menos mujeres periodistas redactando o colaborando, también como un reflejo de que había menos bandas con mujeres o solistas, aunque afortunadamente eso ha cambiado y cada vez hay más periodistas jóvenes interesadas por el tema, aunque no sea un buen momento. Esto se ha venido produciendo paulatinamente desde principios de los años 2000, con algunas críticas que empezaban a colarse en Ruta 66 o Rockdelux, hasta ahora donde hay bastante más periodistas y fotógrafas en estas webs, aunque las principales en muchos casos han tenido siguen teniendo editores jefe hombres.
Así, nos encontramos con las webs intentando recuperar el volumen de trabajo, anunciantes y al público previo a la pandemia, incluyendo sus propios Podcasts para seguir la moda o también programas de distinta periodicidad en Youtube, y listas mensuales o semanales en plataformas digitales. De momento el antiguo Rockdelux es una web de pago en la que si te registras accedes a tres contenidos al mes gratuitos, similar a los periódicos, y Mondo Sonoro además de contenido en Youtube ha creado Club Mondo, una suscripción para que recibas la revista en papel mensualmente en casa, contenidos exclusivos, y un newsletter semanal y sorteos. Las redes sociales de Rockdelux tienen un tráfico muy irregular todavía, aunque un post sobre el último disco de Los Planetas hace unos días tuvo 600 likes. En lo que llevan de nueva etapa, lo más consultado o likeado es el contenido sobre grupos muy conocidos. Pero sus post rondan los treinta u ochenta likes. Si tenemos en cuenta que hablamos de una “marca” que en 2014 vendía miles de revistas en todo el estado, pues nos damos cuenta de cómo se ha atomizado el nicho de la música menos comercial.
La calidad de las publicaciones
Bajo mi punto de vista, a pesar de lo que las propias webs o revistas gratuitas quieren hacer pensar o piensan, ni sus artículos estaban muy cuidados ni tienen una comunidad que los lee con interés, más allá de los propios grupos, trabajadores musicales o gente del mundillo. Normalmente el lector o lectora medio lo hacía para enterarse de conciertos o giras próximas y leer alguna cosa más. Las pocas revistas que cuidaban al máximo su calidad en papel, como Ruta 66 o RockdeLux durante sus largas trayectorias, destinando medios y personal, han dejado de interesar, también por el envejecimiento del público al que se dirigían, y la crisis del papel y ya la pandemia han hecho que o se transformen en algo diferente, como Rockdelux hoy en día, o Popular 1 que lleva en funcionamiento desde los 70 y actualmente también edita libros para complementar sus discretas ventas. Si nos remontamos a hace cinco o seis años, la diferencia entre un artículo en Mondo Sonoro, gratuita financiada a través de la publicidad y otro en RockdeLux, una revista que costaba unos seis o siete euros estos últimos años, era notable. Tampoco es casualidad que ex redactores de estas revistas que cuidaban la calidad luego estén actualmente colaborando en otros medios, me refiero a los que hacían bien su trabajo, como puede ser el caso de Desirée de Fez en Días de Cine o Nando Cruz en El Periódico de Catalunya o Eldiario.es, ambos salidos de Rockdelux por poner un par de ejemplos.
Precisamente es tomándome a mí misma como lectora de ambas publicaciones o a mis amigos, me remonto a unos años atrás, para afirmar que si realmente te interesaban varios grupos o giras o también un recopilatorio de sellos o canciones que no conocías, pues comprabas RockdeLux un mes, o Ruta o Popular 1 según tus gustos; mientras que MondoSonoro la leías en algún bar mientras esperabas a alguien y en raras ocasiones te la llevabas a casa, aunque te venía bien para enterarte de conciertos próximos.
Con la excusa de la gratuidad y de comer de los anunciantes, los anuncios de nuevos discos o reseñas breves de Mondo Sonoro tristemente siguen siendo mucho menos serios y profesionales y pese a que lo nieguen y vendan justo lo contrario siguen pareciendo pequeños resúmenes o copy-paste de notas de prensa con poca aportación de quien lo escribe, y tampoco dedican la misma atención a todo tipo de estilos, ni a una variedad amplia de sellos. Jenesaispop es harina de otro costal, puesto que mientras que en Mondo Sonoro también hay materiales de calidad o más cuidados, Jenesaispop es mucho más tendenciosa y ha cuidado muy poco su manera de escribir, y que ha fomentado casi desde siempre «piques» entre lectores en los comentarios. Esto último la ha convertido en una web muy poco seria pero muy consultada.
Ahora, pudiendo seguir a los grupos en redes sociales, a sus sellos o a los festivales grandes y pequeños, y las salas o bares musicales, entiendo que junto con la aparición de los podcasts y la calidad dispar de las webs que quedan, que depende más de la redactora o colaborador de turno que del medio en sí, cada vez disminuya su importancia, su volumen de visitas y considero que deben replantearse seriamente su continuidad, empezando por la calidad de lo que se escribe.
No será culpa de la industria.
No será culpa de la industria que no invierte en promoción, o de no poder optar a más ayudas institucionales, sino de los propios periodistas, muchos sin formación, que siguen redactando igual de mal y hablando solo de quien les dice el editor jefe o de la última moda y no de música que realmente les parezca interesante en el caso de bastantes webs. A veces en webs más pequeñas y con un volumen de visitas más bajo puede encontrarse mucho más rigor, creatividad y mejor redacción que en las ya citadas. Como en todo, si la base del periodismo, que es contrastar información, redactar bien y además poder expresar una opinión libremente, no se cumple, o solo a medias, -a la hora de criticar ajustadamente un concierto en directo, o un nuevo trabajo-, es normal que dejes de interesar a tus lectores.
Es por todo esto que o bien las webs musicales actuales afrontan un buen proceso de reconversión primando la calidad, o los podcasts, las redes sociales y el algoritmo de Spotify serán los encargados de tomar el relevo, si es que no lo han hecho ya.
Bibliografía
Pequeño circo: historia oral del indie en España.Nando Cruz, editorial Contra, 2017
El estado de la prensa musical española. Podcast .2020 Binaural y Era Magazine. Consultar.
Rock de Lux pasa lista a sus 35 años. Artículo y entrevista con Santi Carrillo. Consultar.