La Experiencia Cultural como forma de consumo, habla sobre la manera en que la industria del arte debe realizar esfuerzos especiales para que la experiencia que vivirá cada persona a causa de elementos periféricos que giran alrededor de cualquier espectáculo como concierto, obra de teatro, exposición, etc. sean especiales y memorables para el usuario.
Por otro lado se aborda la recepción de cualquier tipo de arte como parte final y fundamental al momento de consumir cultura, ya que toda expresión artística puede compararse con el proceso de comunicación, en donde el autor quiere decir algo, comunicarlo a través de su obra de arte, para que finalmente llegue a un receptor. De esta manera habrá tantas obras de arte como receptores haya de ellas, ya que cada obra artística puede ser completada por el receptor de manera única y personal, es decir, cada persona tiene una interiorización única e inigualable.
Por lo tanto, la recepción y experiencia en cualquier producto cultural, deberán ser un binomio perfectamente sincronizado.
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