FIVAC. 8º Festival Internacional de Videoarte de Camgüey – Bienal de La Habana 2019 – CUBA. Del 22 a 29 de abril de 2019.
Laura Baigorri. Comisariado en el programa metacuratorial La Próxima Resistencia. Eva y Franco Mattes. Intimidad y (des)control, Galería Alejo Carpentier de Camagüey, del 24 de abril al 24 junio de 2019. Obras: No Fun (2010) 8’33’’, The Others (2011) 137’ y My Generation (2010) videoinstalación.
A través de diferentes estrategias de apropiación, Eva y Franco Mattes abordan tanto la vulnerabilidad de las imágenes personales, como la sobreexposición de la intimidad y la espectacularización de la vida cotidiana. Sus obras muestran el tipo de gestión que los usuarios de medios sociales ejercen sobre la propia información, la privacidad y la preservación del anonimato, desvelando la facilidad con la que ofrecen su vida privada al resto de individuos a través de redes e Internet. La finalidad de sus propuestas es evidenciar las debilidades y los riesgos que asumimos al exponer la propia identidad y el desequilibrio existente entre el deseo de reconocimiento y la responsabilidad de gestionar nuestra visibilidad. Eva y Franco Mattes: «Internet se ejecuta en el voyeurismo y el exhibicionismo. Todos somos miembros de este espectáculo de la vida diaria».
Laura Baigorri. Conferencia inaugural del Evento Teórico: CTRL + [YO]. Intimidad, extimidad y control en la auto-representación compartida, en el Circuito para la Exhibición, el Desarrollo y la Investigación de los Nuevos Medios (CEDINM) de Camagüey (Cuba). 23 de abril de 2019.
En el siglo XXI, el pensamiento expandido de cada una de nuestras identidades se materializa y difunde en las redes sociales de Internet. Otros yos más o menos verosímiles que cobran vida en selfies, perfiles y diarios online, abarcando un amplio espectro que va de la impostura total al sincero intento de fiel auto-representación. A través de diferentes prácticas confesionales compartidas, las artistas abordan la sobreexposición de la intimidad y la espectacularización de la vida cotidiana, deslizándose con pericia entre los pliegues éticos de la reputación digital. Algunas obras celebran la facilidad con la que los usuarios ofrecen su vida privada al resto de individuos, mientras que otras denuncian, precisamente, la violación de la privacidad por parte de éstos y de las grandes compañías que gestionan las redes sociales; el conjunto de sus obras, alineadas en dos grandes grupos, problematizan y fuerzan el diálogo entre dos polos de tensión contrarios pero interdependientes: el autocontrol que se ejerce sobre la intimidad y la vida privada, y el descontrol inherente a las propias prácticas de compartición online.