La exclusión residencial y la violencia machista: una interrelación a tener en cuenta

Día 31 de marzo se publicó un nuevo informe que recoge el estudio sobre la exclusión residencial y la violencia machista en las Islas Baleares, llevado a cabo por el Observatorio Social de las Islas Baleares de la Universitat de les Illes Balears (OSIB-UIB) y la Fundación Instituto de Reinserción Social (IRAS). Esta investigación, que ha sido financiada por el Instituto Balear de la Mujer y el Ministerio de Igualdad, empezó en 2022, explorando, primeramente, las voces profesionales de atención en Mallorca y después, en 2023, recogiendo el relato de las mujeres víctimas y en exclusión residencial en la isla. Ahora se ha publicado la tercera entrega, a partir de los equipos profesionales al resto del territorio balear, que no es nada uniforme. Se espera una cuarta y última entrega en 2025, cuando acabe la fase en que se encuentra la investigación en estos momentos, en que se están recogiendo los relatos de las mujeres también al resto de islas y no solo en Mallorca.
A pesar del gran despliegue de recursos en la atención a la violencia de género, hay mujeres que no acceden o no permanecen en los recursos especializados, recibiendo, a menudo, violencia en la respuesta institucional. A partir de 42 entrevistas a profesionales que trabajan en el ámbito de la exclusión residencial y/o de la violencia contra las mujeres, y a 19 a mujeres en situación de exclusión residencial, se analiza la realidad y las experiencias a través de sus propias narraciones, lo cual permite una comprensión más profunda y auténtica de las complejidades que rodean la exclusión residencial femenina y como abordarla desde la intervención.
Entre los resultados más destacables y que ligan con el proyecto RESCUPAN, la dimensión de las curas y los roles de género son fundamentales en el análisis. Por un lado, ante la precariedad en torno a la vivienda, las mujeres despliegan una serie de estrategias, normalmente desde la esfera privada y a los márgenes, para evitar la calle y los centros residenciales de emergencia y de acogida. Entre las estrategias, es relevando el trabajo de curas en la modalidad de interna, porque asegura un techo, a pesar de que solo mientras se mantenga la relación laboral, muchas veces sin contrato y, por lo tanto, no libro de explotación y carencia de derechos y de seguridad e implicando exposición a la violencia. Por otro lado, las mujeres se encargan, con mucha frecuencia, de las curas a dependientes (hijos e hijas menores, personas grandes y/o con discapacidades) y esto dificulta su acceso a vivienda, especialmente si se trata de familias monomarentales, por la negativa de muchas personas a alquilar a mujeres solas. Hace falta no olvidar, además, las dificultades de mantenimiento de la vivienda, sea de alquiler o de propiedad. Es incompatible el hecho de encontrarse sin hogar con el cuidado a personas dependientes, lo cual hace que se acepten condiciones totalmente precarias de vivienda antes de quedar en la calle.
Son necesarias, por eso, respuestas institucionales pensadas desde la interseccionalidad, para evitar invisibilizar la realidad de estas mujeres y poder atenderlas sean qué sean los ejes de opresión que las atraviesan.

Para mayor información, no dudáis a consultar el informe, que está disponible en la página web de lo OSIB, en el apartado de Publicaciones – Otras publicaciones o haciendo click aquí 

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