La ministra de Sanidad española, Ana Mato, explicó el pasado martes 16 de julio de 2013 que la cartera común básica de servicios que está definiendo el Ministerio solo cubrirá de forma gratuita la reproducción asistida para mujeres menores de 40 años que tengan problemas de fertilidad o cuando los tengan sus parejas. El número de ciclos financiados públicamente se limitará a tres. La ministra ha negado que se excluya a solteras y lesbianas, pero ha insistido en que habrá que tener un problema de infertilidad, lo que en la práctica deja fuera a mujeres sanas que decidan ser madres en solitario o parejas de mujeres homosexuales sin problemas de esterilidad. Según declaraciones de la propia ministra “Se trata de que todas las mujeres que tenga un problema médico ella o su pareja puedan acceder a la fecundación dentro del sistema público”, y ha añadido que “La falta de varón no es un problema médico” (rtve.es, 23 de julio de 2013).
La normativa actual, según un Real Decreto de 2006, establece que la sanidad pública financia esta prestación en los casos en que haya un diagnóstico de esterilidad o una indicación clínica. Es por esta última vía por la que algunas comunidades y centros hospitalarios cubrían a las mujeres solas o a las lesbianas que no fueran estériles pero que no podían engendrar sin someterse a tratamientos de reproducción asistida.
Tal y como apunta masola.org (Madres Solas por Elección), esta no es una decisión económica sino puramente ideológica. Las familias monoparentales y homoparentales han estado siempre fuertemente discriminadas frente al modelo clásico de familia. Según Rosa Maestro, fundadora de masola.org, “Lo que el Gobierno propone es discriminatorio e injusto, y es un nuevo golpe contra las mujeres con menos ingresos y una discriminación por razón de sexo y orientación sexual; es decir, discriminación a todos aquellos modelos de familia que no sean el clásico y establecido por ellos”.