Desde el ámbito de exclusión de coParticiPA, entendemos la participación como el reconocimiento de saberes y la capacidad de decisión sobre el entorno propio, fomentando espacios de planificación y servicio. Es esencial la autoorganización y movilización, así como ser parte activa en diferentes niveles de participación, vistos como actos sociales que influyen en el entorno. Este proceso incluye conocer, actuar y tomar decisiones, promoviendo la transformación social a través de procesos democráticos y metodologías éticas. Es crucial equilibrar la participación de quienes están más alejados de ella, reforzando saberes experienciales. Transformar un proyecto requiere una nueva perspectiva y ofrecer acciones concretas, superando riesgos de manipulación y diferencias de poder mediante la redistribución del poder y la toma de conciencia de los derechos, fundamentales en el ejercicio de la ciudadanía. La inclusión de la voz del otro ya es transformadora, posibilitando la autonomía y el aprendizaje experiencial. La participación dignifica las condiciones de vida, por lo que es esencial preguntar sobre las necesidades de la gente y proponer soluciones basadas en intereses y objetivos comunes, acompañando el proceso. Los profesionales deben crear espacios que faciliten la participación y fomenten cambios en áreas como vivienda, salud y educación.
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