Michael Sandel
"La
posición original es la respuesta de Rawl a Kant; es su alternativa al camino
representado por la Crítica de la razón pura y la clave de la solución
a las perplejidades que hemos analizado. La posición original es la que "nos permite
concebir nuestro objetivo desde lejos", si bien no desde tan lejos como para desembarcarnos
en el reino de la trascendencia. Su objetivo consiste en satisfacer estas exigencias
describiendo una situación inicial de justicia, así como definiendo como justos
aquellos principios con los que estarían de acuerdo las partes racionales sujetas
a sus condiciones.
A fin de solucionar los dilemas descritos por
las reconstrucciones y responder a la necesidad de la existencia de un punto de
Arquímedes, la posición original se dota de dos ingredientes básicos, cada uno
de los cuales adopta la forma de una suposición sobre las partes para la posición
original: uno dice lo que no saben, mientras que el otro dice lo que sí saben.
Lo que las partes desconocen es cualquier tipo de información que distinguiera
a una de ellas de otra en cuanto seres humanos particulares que son. Se trata
del supuesto del velo de la ignorancia. Significa que se supone que las partes
no pueden conocer cuál es su lugar en la sociedad, su raza, sexo o clase; su riqueza
o destino, su inteligencia, fortaleza u otras capacidades y aptitudes naturales.
Desconocen incluso su idea del bien, sus valores, objetivos o fines en la vida.
Saben que en realidad poseen tales ideas y consideran que merece la pena fomentarlas,
si bien deben escoger los principios de justicia aun ignorándolos de forma provisional.
El objetivo de esta limitación es evitar que la elección de principios esté condicionada
por la contingencia de las circunstancias sociales y naturales, abstraerse de
cualquier consideración juzgada irrelevante desde un punto de vista moral. El
velo de la ignorancia es el que garantiza que se escogerán los principios de justicia
en condiciones de igualdad y equidad. Dado que las partes del contrato no se distinguen
por tener intereses distintos, otra consecuencia del velo de la ignorancia es
garantizar que el acuerdo inicial sea unánime.
Lo que desconocen
las partes es que, al igual que cualquiera de sus semejantes, valoran ciertos
bienes sociales primarios. Los bienes primarios son "cosas que se supone que una
persona quiere independientemente de las demás cosas que quiera", e incluyen cosas
tales como los derechos y las libertades, las oportunidades y los poderes, los
ingresos y la riqueza. Con independencia de los valores, proyectos y objetivos
últimos de una persona, se supone que hay ciertas cosas que preferiría tener en
mayor que en menor cantidad porque es probable que sean útiles en el fomento de
todos los fines, cualesquiera que éstos acaben siendo. Así, aunque las partes
de la posición original ignoran sus fines personales, se supone que todas se mueven
por el deseo de tener ciertos bienes primarios.
El contenido exacto
de la lista de bienes primarios viene dado por lo que Rawls denomina la teoría
débil del bien. Débil en el sentido de que incorpora supuestos mínimos y ampliamente
compartidos sobre la clase de cosas que es probable que sean útiles a todas las
concepciones personales del bien y, en consecuencia, compartidas por personas
cualesquiera que sean sus deseos concretos. La teoría débil del bien se distingue
de la teoría fuerte del bien por el hecho de que no puede proporcionar base alguna
para juzgar o escoger entre varios valores o metas personales. Así, mientras que
el velo de la ignorancia estipula que las partes deliberen en condiciones de igualdad
y unanimidad, el conjunto de los bienes primarios genera las motivaciones mínimas
necesarias para que se dé un problema de elección racional y sea posible determinada
solución. Juntos, los dos supuestos garantizan que las partes actúen sólo en esos
intereses que son comunes, a saber, comunes a todas las personas racionales, el
más importante de los cuales resulta ser un interés por establecer condiciones
de cooperación social para que cada persona tenga la mayor libertad posible para
realizar sus objetivos y fines, compatibles con una libertad igual para los demás.
Los principios de justicia emergen de la posición original en lo
que puede considerarse un procedimiento en tres fases. En primer lugar está la
teoría débil del bien, personificada en la descripción de la situación de elección
inicial. De la teoría débil derivan los dos principios de justicia que, a su vez,
definen el concepto del bien e interpretan valores tales como el bien de la comunidad.
Cabe señalar que, aunque la teoría débil del bien es anterior a la teoría de lo
justo y al principio de justicia, no es una teoría lo bastante substancial como
para minar la prioridad de lo justo sobre el bien que concede a la concepción
su carácter deontológico. La prioridad de lo justo en que se apoya la teoría existe
con respecto a la teoría fuerte del bien -la que tiene que ver con valores y metas
personales-, de suerte que ésta sólo aparece después de los principios de justicia
y a la luz de ellos."
- Michael Sandel: Liberalism and the
Limits of Justice. Cambridge University Press, 1992. P. 24-26.