Joseph Raz
"A
veces se supone que el valor-pluralismo establece por sí mismo el valor de la
tolerancia al aprobar muchas formas incompatibles de vida. Sin embargo, abstenerse
de perseguir o acosar a la gente que posee virtudes morales de las que nosotros
carecemos no conforma por sí mismo la tolerancia. Yo no tolero a gente a quien
admiro y respeto porque son generosos, amables y valientes, mientras que yo no
lo soy. La tolerancia implica la supresión o la contención de una inclinación
o deseo de perseguir, acosar, perjudicar o reaccionar de forma desagradable ante
una persona. Sin embargo, eso tampoco logra captar la esencia de la tolerancia.
No tolero a los valientes, a los generosos y a otras personas por el estilo incluso
aun cuando estoy predispuesto a perseguirles y me contengo porque me doy cuenta
de que mis deseos son perversos.
La tolerancia es una virtud moral
distintiva sólo si reprimen los deseos, inclinaciones y convicciones que la persona
tolerante considera en sí mismos deseables. Por regla general, una persona se
muestra tolerante si, y sólo si, reprime el deseo de perjudicar o herir a otra
que él cree lo tiene merecido. El caso más claro de tolerancia, justificada o
no, se da cuando una persona contiene su indignación al ser testigo de una injusticia
o cualquier otro daño moral, o mejor dicho cuando ve un comportamiento que considera
de esta naturaleza. Que una persona sea tolerante o no depende de las razones
que tenga para actuar de un modo u otro. Himmler no toleraba a Hitler cuando no
le asesinó. Pero puede que un antinazi haya salvado su vida gracias a un sentido
del deber equivocado al haber permitido que los demás llevaran a cabo su plan
a sabiendas de que estaban equivocados.
Adviértase que reivindicar
que se actúa por tolerancia es reivindicar que la acción emprendida está justificada
-aun cuando en realidad no lo esté-, quizá porque la tolerancia está fuera de
lugar en estas circunstancias.
He hecho hincapié en la visión de
la persona tolerante que, al mostrarse tolerante, reprime una inclinación en sí
misma deseable. Los casos más típicos son aquellos en los que la inclinación intolerante
es deseable en sí misma porque es una reacción a un comportamiento injusto. Luego,
¿forma parte de nuestra idea de tolerancia que sólo es tolerable aquello injusto
o malo? Muchos autores que tratan el tema opinan que sí. Pero este punto de vista
no tiene justificación alguna. En realidad, no se puede tolerar a los demás a
causa de sus virtudes, si bien pueden tolerarse sus limitaciones. Se puede tolerar
de otra persona su forma de hablar pausada, su manera de reflexionar lenta y metódica,
etc. En todos estos casos, lo que se tolera no es ni incorrecto ni necesariamente
malo. Se trata de la carencia de cierta aptitud. No pretendo ser excesivamente
minucioso. La gente carece de ciertas virtudes o aptitudes porque, y a menudo
así es, posee otras virtudes y aptitudes incompatibles. Cuando toleramos las limitaciones
de otras personas, puede que seamos conscientes de que no son sino la otra cara
de sus virtudes y defectos personales. Puede que sea ésta en realidad la razón
por la que los toleramos."
- Joseph Raz: The morality of freedom.
Oxford University Press, 1986. P. 401, 402.