F. Von Hayek
"Para que el esquema democrático pueda seguir siendo soporte de la sociedad
libre es imprescindible que se vede a las mayorías la posibilidad de "moldearla"
o de obligar a sus miembros a propiciar determinados resultados, excepción hecha
del mantenimiento del orden abstracto que sólo cabe asegurar si a todos los ciudadanos
se les obliga a respetar un conjunto de normas de conducta que necesariamente
ha de gozar también de carácter abstracto. El gobierno debe, por un lado,
crear un marco adecuado dentro del cual individuos y grupos puedan perseguir como
juzguen mas conveniente sus propios objetivos y, por otro, asegurar por vía coercitiva,
si fuere necesario, la financiación de aquellos servicios que por cualquier motivo
sea incapaz de ofrecer. El uso de la coerción, sin embargo, sólo queda
justificado en la medida en que la misma sea utilizada para facilitar ese marco
dentro del cual todos los ciudadanos pueden libremente orientar sus personales
capacidades y conocimientos al logro de los objetivos que personalmente juzguen
prioritarios, dejando siempre a salvo, desde luego, los entornos de libertad correspondientes
a los restantes ciudadanos que, como es natural, deberán a su vez gozar de similar
protección. Salvo cuando acontecimientos excepcionales de tipo interno
o externo hagan necesaria la concesión de poderes de emergencia a las correspondientes
autoridades (poderes que en cualquier momento deberán poder ser revocados por
los mismos que los hayan conferido), nadie estará autorizado a aplicar
la coerción sobre ninguno de sus semejantes. Y cuando, al objeto de prevenir algún
delito, se haya recurrido al uso de ese poder coercitivo, aquellos que, pese a
ser inocentes, hayan salido perjudicados por su aplicación beberán poder
apercibir plena compensación por los daños experimentados."
- Hayek, Friedrich von: Derecho, legislación y libertad. Unión
Editorial, Madrid 1992. P. 237-238.