Ronald Dworkin
"El liberalismo, en tanto doctrina filosófico-política, se mueve en dos ejes hermenéuticos:
uno político y otro filosófico. El primero se refiere a los planteamientos sobre
el uso que debe darse al poder coercitivo que detenta el Estado. El segundo, se
refiere a la explicación ontológica o epistemológica que pretende dar cuenta de
la adopción de los principios que se han formulado para el plano político.
Utilizando esta distinción, el liberalismo puede describirse como una,corriente
del pensamiento que, en el plano político, defiende los principios de la igualdad,
la libertad y la fraternidad y exige del Estado la neutralidad frente a las perspectivas
morales individuales. En el plano filosófico, el liberalismo recurre a la figura
del contrato como mecanismo de legitimación del esquema político que propone.
Las diferencias entre las diversas propuestas liberales residen, entonces, en
la manera como se especifica el contenido de cada uno de los principios políticos
y el peso relativo que se asigna a cada uno de ellos, esto es, el peso de cada
uno frente a los demás. Esto incidirá necesariamente en el argumento que se plantee
como fundamento de los principios políticos. Así, si por ejemplo se considera
que la libertad de los hombres debe prevalecer sobre la igualdad, se empleará
como justificación un contrato en el que los hombres acuerden garantizar la libertad,
a costa de la garantía de los demás derechos que se derivan de los otros principios
liberales."
- Dworkin, Ronald: La comunidad liberal. Facultad
de derecho de los Andes, 1996. P. 42.