Comunidad europea
La Comunidad Europea es un ejemplo de unión de Estados nacionales que no es un
imperio, y tampoco una confederación, sino algo diferente y tal vez nuevo en el
mundo. Según Walzer, en la historia de las alianzas políticas no hay ninguna que
se parezca a la coordinación económica que pretenden los Estados miembros de la
comunidad. Otro factor que se añade a esta peculiaridad es la "Carta Social" acordada
por todos los Estados miembros. Las condiciones de la "Carta Social" -exceptuando
casos muy básicos como los salarios mínimos o la duración de la jornada laboral-
son muy débiles en lo que concierne a temas como la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres en el mercado laboral o al trato que reciben en el trabajo.
Aunque sí que hay un punto en que estas condiciones se diferencian de otras similares,
como la declaración internacional de los derechos de las Naciones Unidas, y es
que éstas obligan a su cumplimiento, lo que no está nada claro son los mecanismos
para forzar tal obligatoriedad.
Parece
que, con el tiempo, esta comunidad establecería una única ley para todos sus individuos
miembros, factor que reforzaría a los individuos respecto a los Estados nacionales
o grupos étnicos o religiosos a que pertenecen. Para Walzer, el establecimiento
de la Comunidad Europea favorecerá aquellas minorías concentradas territorialmente
(escoceses, vascos...) pero tenderá, a largo plazo, a romper las concentraciones
territoriales, ya que los ciudadanos de la comunidad pueden moverse por las fronteras
con mayor libertad que en el pasado, lo cual provocará que toda la Comunidad Europea
acabe por parecerse a una comunidad de inmigrantes. ¿Y qué formas de tolerancia
puede adoptar esta unión? Según Walzer, es probable que la Comunidad Europea lleve
a todos sus estados miembros las ventajas y las tensiones del multiculturalismo.