El hombre: el animal que se autointerpreta
Taylor entiende a las personas como animales
que se autointerpretan: su naturaleza e identidad no pueden comprenderse al margen
de estas autointerpretaciones. Ello significa que rechaza todo subjetivismo moral,
según el cual las intuiciones y las reacciones morales se reducen básicamente
a la expresión de preferencias arbitrarias (Rawls).
Para
Taylor, la identidad personal nace de la autointerpretación, es decir, depende
de las concepciones del bien que deriven de una comunidad (como veremos, para
Taylor, una comunidad es básicamente un grupo lingüístico) y de la vinculación
que nosotros podemos tener con estas concepciones. Para Taylor, saber "quién soy"
equivale, en buena medida, a saber "dónde estoy". Mi identidad, la definen los
compromisos e identificaciones que forman el marco dentro del cual puede determinarse
en cada caso qué acción es valiosa, buena, y digna.