Los límites del perfeccionismo
El perfeccionismo de Raz ha sido fuertemente criticado por creerse que las consecuencias
del Estado que defiende implicarían la imposición de unos grupos sobre los demás
y la coacción en las elecciones que hagan los ciudadanos. En definitiva, esta
crítica parte de la convicción de que la promoción de ciertas formas de vida implicaría
la erradicación de otras.
La defensa
que Raz hace de la intervención estatal no implicaría coacción. Porque hay mucha
diferencia entre lo que él entiende como coacción -sería el caso de poner en prisión
a alguien porque no mantiene un cierto tipo de vida-, y el tipo de intervención
estatal que defiende, mediante el uso de impuestos o subvenciones para "disuadir
de" o "incitar a" la realización de determinados comportamientos.
Las
medidas perfeccionistas de Raz quedarían delimitadas a los aspectos que cuentan
con un amplio consenso social, de manera que habrá medidas que, aunque puedan
ser consideradas correctas, no se aplicarán para evitar un conflicto civil.