Mujer y empleo.
"En la primera mitad de este siglo casi todas la mujeres marroquíes eran amas de casa o esclavas, excepto una minoría empujada por la pobreza al trabajo remunerado que fue una prolongación del trabado doméstico (en las casas de colonos franceses o españ oles o dentro de algunas fábricas u hospitales). Estas mujeres que trabajaban provenían de familias emigradas del medio rural a la ciudad después que los colonos habían usurpado su tierra.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se aceleró una industrialización ligera que absorbió algunas de la mujeres, las más pobres. Es después de la independencia que las mujeres han conquistado el mundo del trabajo, sin o con poca formación. La independencia aceleró los cambios de la sociedad: la demanda creciente de los padres a la escolarización de sus hijas, el desarrollo de la educación, y muchos otros factores han permitido el acceso de las mujeres al modo de producción moderno.
En 1952 se registraron 160.000 mujeres activas; de 1960 a 1982 la población activa femenina pasó de 301.000 a 1.181.000, multiplicándose por casi cuatro veces en veinte a os. El total bruto de la actividad femenina pasó de 5,44 en 1960 a 8,0 en 1971, y a 11,6 en 1982.
Las mujeres representan un potencial importante de la actividad económica. En 1986, 26 % de los activos urbanos y 43% de los activos rurales son mujeres, en conjunto 35% de los activos marroquíes son mujeres. Por dos hombres activos encontramos a una mujer activa. El análisis de la actividad de la población femenina que tiene 25 a 44 a os refleja un aumento regular de la inserción de las mujeres en el mundo laboral entre 1985 y 1990, y un descenso de 1991 a 1993.
De 1985 a 1990, éstas tasas pasaron de 32,4% a 37,3% , por las de 25 a 29 años; 29,5% a 34,5% por las de 30 a 34 años; 24,0% a 27,6% por las de 35 a 39 años; y 20,7% a 24,8% por las de 40 a 44 años.
De 1991 a 1993 el descenso de la tasa de actividad a concernido al conjunto de los grupos de edad mencionados; éstas tasas han descendido de 38,4% a 34,9% (25-29 años); de 35,6% a 31,3% (30-34 años); de 27,8% a 26,3% (35-39 años) y de 24,2% a 23,2% (40-44 años), o sea, respectivamente una disminución de 9,1%; 12,1%; 5,4% y 4,1%.
Esta disminución coincide con los últimos a os de la aplicación del programa de ajuste estructural. Las mujeres se convirtieron en el chivo expiatorio de la crisis económica, sobre todo cuando el Estado redujo los puestos consagrados a la función pública, siendo 50.000 puestos en 1983 y descendiendo a 12.000 según la ley financiera de 1995. Eso empuja a las mujeres, sobre todo del medio urbano, a buscar otras alternativas en el sector privado. Hoy Marruecos cuenta más de 10.000 mujeres patronas que ofrecen trabajo, es decir, mujeres que tienen sus propias empresas.
Los sectores que usan más la mano de obra femenina son, sobre todo, el sector de la agricultura y la industria agro-alimentaria, luego el sector textil, y por último el sector de servicios, o sea, doméstico o turístico o administrativo. En el sector público las mujeres representan 1/5 de los funcionarios del Estado (20,36%), pero la mayoría se encuentra en baja escala; 4,91% solamente están fuera de escala, es decir, en altos puestos.
La tasa del paro femenino afecta al 35% de mujeres de estudios superiores, 27,2% de estudios secundarios y 17,3% de primarios.
La crisis de ha agravado con el estancamiento de los sectores textil y agrícola, y puede agravarse más con el nuevo esquema de la economía mundial sobre el empleo femenino, puesto que la mujer es la primera en ser despedida cuando faltan los puestos de trabajo."