Conflictos étnicos derivado de la competencia por el suelo urbano y el trabajo.
Hemos hablado de la difícil relación interétnica existente entre una cultura mayoritaria y la minoría étnica marginada. Cuando éstos compiten por el acceso a los recursos más indispensables para la subsistencia, la minoría se ve en franca desventaja, ya que es la otra la que ostenta el control de estos recursos y limita el acceso de éstos al grupo minoritario. Esa dinámica se aprecia claramente en el tema de la vivienda y en el trabajo.
El conflicto suele tener lugar entre las capas más bajas de la sociedad mayoritaria y el grupo étnico minoritario. Cuando la Administración elabora planes de vivienda los gitanos tienen muchas dificultades para encontrar una, ya que se otorga preferencia a la sociedad paya. Por este motivo, muchos gitanos se ven obligados a establecerse en núcleos chabolistas sin las condiciones mínimas exigibles para una vida digna. En muchas ocasiones la Administración ubica a la población gitana sin respetar la pauta tradicional gitana de alejamiento de linajes rivales. Al ubicar a éstos próximos entre sí añade un nuevo factor de riesgo: puede generar conflictos entre estos linajes rivales, además del ya frecuente entre la misma población gitana y la paya.
El enfrentamiento competitivo directo por los recursos concretos se establece entre la minoría gitana chabolista y la mayoría paya de los estratos sociales mas bajos, mas desatendidos y perjudicados por el sistema.
En el aspecto del trabajo sucede lo mismo. Cuando las capas más desfavorecidas de la población mayoritaria han sido expulsadas en cierto modo del sistema laboral mayoritario, son relegadas a ocupar zonas económicas marginadas que habían sido el reducto tradicional de los gitanos ante la imposibilidad de competencia con la mayoría, produciéndose una invasión paya de los recursos gitanos. Pobres gitanos y payos pobres se enfrentan en una competencia étnica que queda relegada al estrato más bajo, aspecto que es difundido cuando es el gitano el que trata de equipararse al payo. Cuando es el payo el que invade el recurso marginal de los gitanos se ignora. La mayoría actúa como unidad étnica, pero abrazada a sus propias diferencias e injusticias.