La comunidad gitana española encuentra serias dificultades para acceder a los medios mínimos básicos necesarios para la subsistencia , como pueden ser el trabajo, la vivienda, la educación y la sanidad. Bien es cierto que muchos "payos" también los tienen, pero es que a los gitanos se les restringen estos medios por el simple hecho de su identidad étnica. Ello demuestra bien a las claras el claro problema de marginación que sufre el colectivo gitano en España.

Se da un proceso de estratificación étnica, limitando el acceso a recursos básicos en virtud de la identidad étnica. Si hiciéramos una división de clases sociales en virtud únicamente de los recursos económicos podríamos decir que la comunidad gitana pertenece, en su gran mayoría, a la "clase baja". "Sin embargo, si entendemos como clase baja la parte del engranaje social que produce y genera plusvalía sin que sus retribuciones les permitan mucho más que reproducir la misma situación que tienen, podemos decir que la gran mayoría de la población gitana no se encuadra en esta definición.. Están oprimidos porque se les niega el acceso a la propia organización social, viviendo en constante tensión por su propia supervivencia. No son explotados, porque no dejan ni un duro que otro pueda capitalizar", como señala Teresa San Román.

La sociedad, sistemáticamente, de forma más o menos evidente les niega la entrada en su propia organización social. Los gitanos se constituyen, de este modo, como una minoría étnica marginada del sistema social.