Marginación y racismo.
Hemos visto hasta ahora como el colectivo gitano se define como un grupo étnico minoritario que se inscribe dentro de una sociedad más amplia, y como los valores culturales diferentes que presentan ambas partes entran en conflicto. La cultura mayoritaria, de forma más o menos evidente, trata en cierta forma de imponer sus normas y valores a las culturas minoritarias que se puedan inscribir dentro de ella. La comunidad gitana, a pesar de todas las dificultades, ha mantenido siempre su identidad étnica desde que entraron en territorio hispano. Ello a pesar de que existen también algunas diferencias culturales entre ellos mismos, e incluso diferencias de clase.
El contacto entre culturas distintas en muchas ocasiones suele ser problemático, más aún cuando éstas se inscriben dentro del mismo marco político. En este caso, como ya hemos citado, la cultura mayoritaria tiende a intentar imponerse. Se puede caer en lo que en antropología se denomina etnocentrismo, en la convicción de que las normas y valores imperantes en las culturas mayoritarias son las que deben regir la sociedad: y las culturas minoritarias han de adoptar éstas. Ella da lugar a actitudes que van de la marginación. o, en su versión más violenta, de racismo. Esta problemática sigue vigente hoy en día en el caso de la comunidad gitana española.