Estructura productiva flexible.
La comunidad gitana se caracteriza por combinar y adecuar las actividades concretas al contexto físico, económico y social en el cual viven. Esta combinación no es aleatoria. El chatarrero, por ejemplo, alterna su actividad con la venta coyuntural. El vendedor con menos éxito puede dedicarse durante una temporada al peonaje.
Esta alternancia tiene un valor decisivo en la supervivencia de la gran mayoría de los gitanos que habitan los suburbios de las grandes ciudades. Cuando los recursos disponibles dificultan la realización de alguna de sus actividades tradicionales, pueden recurrir a otra ocupación alternativa para complementar sus ingresos. Efectivamente, la complementariedad y alternancia ocupacional aparece como una estrategia que responde a la debilidad de las actividades a las cuales los gitanos pueden acceder. Responde al intento de compensar la escasez de recursos disponibles. Adoptan ocupaciones que no requieren necesariamente una continuidad. Es una estrategia cultural ante alternativas productivas de baja rentabilidad e inestabilidad. Esta combinación dinámica y contextualizada permite que el trabajador pueda subsistir suficientemente.