Conclusiones.
La cuestión esclavista en la España del siglo XIX, es inesperable de la situación colonial. En contraposición a las tendencias abolicionistas seguidas por los países europeos, la Monarquía Española eludió (cuánto pudo) cumplir los tratados de abolición del tráfico que había firmado con Inglaterra y mantuvo la institución de la esclavitud en las Antillas españolas hasta casi el final del siglo. Según Vila Vilar dos son las cuestiones básicas que lo explican, en primer lugar la complicada situación política española y la difícil relación con las dos últimas colonias antillanas - Cuba y Puerto Rico - donde el fantasma del binomio abolición-independencia estaba siempre presente, y en segundo, la dificultad en abordar la liquidación del propio sistema esclavista.
En el marco de la discusión sobre la futura constitución, la alusión a los criterios raciales no era gratuita , los diputados españoles introdujeron la idea de exclusión de las llamadas "castas pardas" de la ciudadanía. Por castas pardas se entendía, en la América española de finales del siglo XVIII y principios del XIX, los individuos libres pero con antepasados procedentes de África, aunque en ocasiones fueran muy remotos. Nada tenían que ver con los esclavos africanos muy numerosos y en crecimiento en las plantaciones caribeñas. Bajo aquella clasificación se incluía a individuos muy destacados de las propias sociedades americanas: obispos, militares de alta graduación e importantes cargos de la administración. De ahí la reacción de los diputados americanos cuando la cuestión de las "castas pardas" fue introducida por la comisión constitucional como un elemento de definición de ciudadanía.
Quienes se oponían a la abolición de la esclavitud, justificaban su actitud con argumentos políticos, económicos e ideológicos, si bien paradójicamente ninguna voz, ni siquiera la de los hacendados cubanos, defendió la propia institución de la esclavitud, de cuya responsabilidad culpaban al Estado.
"El 26 de marzo, como dijimos al principio, dejó V.M. asentado que era digno de secreto y propio de la Constitución, todo lo relativo a la esclavitud civil, que por desgracia nuestra existe en estos países; y prescindiendo por ahora de las razones de justicia y política que hay para la irrevocabilidad de este acuerdo..."
"La piedad inconsecuente de P.Fr. Bartolomé de las Casas nos introdujo los negros... V.M. Señor, debe reconocer que al arrancar de su país los infelices negros, y mantenerlos aquí en la esclavitud en que se hallan, no es obra de los particulares, sino de los Soberanos que nos pusieron en tal caso, y de él no puede sacársenos precipitadamente, decretando nuestra ruina, y olvidando en un momento todo lo que se nos ha predicado, y se nos ha mandado por más de trescientos años... "
Representación de la ciudad de la Habana 1811
Entre los argumentos políticos pueden destacarse, los de tipo "patriótico" como no someterse a los dictados del extranjero -similares a los que ya se emplearon durante la Revolución Francesa por parte de quienes se oponían a la abolición-, pero en especial los que tenían que ver con el miedo que producía en la metrópoli la independización de sus colonias , potenciado a su vez, sin duda, por el ejemplo de Haití . Y, los argumentos que destacaban las carencias de derechos políticos que los propios criollos reclamaban.
"... Sabido es que en los países en que significa poco la libertad política, pesa muy poco también la esclavitud civil; y estando todavía nosotros en el primero de estos casos, no vemos otro motivo para conceder al último tan preferente atención..."
Representación de la ciudad de la Habana 1811
De otro lado, el primer argumento político-económico que aparece como una cuestión clave -y en el que están de acuerdo tanto los diputados como los hacendados- es el de la propiedad privada. El esclavo o la esclava es una propiedad privada que nadie, ni siquiera el Estado, puede usurpar o en este caso liberar, el hijo o la hija de esclava heredará la condición de su madre y reproducirá así la propia institución.
" ...Por lo que respecta a los negros, casi todos esclavos, si se les concedía este derecho, por el mismo hecho se les sacaba del estado de esclavitud. Aunque creo que ésta es obra del abuso mayor que pudo inventar el hombre; sin embargo, juzgo que no pudiera abolirse de este modo sin exponer las Américas a un trastorno, y sin dar motivo a una porción de quejas de parte de sus señores, que hubieran dicho no se les respetaba una propiedad adquirida del modo que autorizaban las leyes, que no pueden tener un efecto retroactivo en perjuicio de terceros, como lo tendría la de esta determinación... "
"... Aún en los países más liberales jamás se concedieron indistintamente a todos los individuos de la sociedad los derechos de representación, que son diferentes de los de ciudadano..."
Agustín Argüelles 1911
Los argumentos económicos generales se referían al daño económico que produciría la falta de llegada de mano de obra esclava que a su vez conllevaría el colapso total de la economía. "... Se trata de nuestras vidas, de toda nuestra fortuna y la de nuestros descendientes... "
Aunque algunos argumentos más concretos y que contrarrestaban la propuesta de los Diputados de abolir el tráfico con el objetivo de que el sistema esclavista se reprodujera por sí mismo en la Colonias, se centraban en las particularidades que hacían imposible este objetivo.
"... La esclava preñada y parida es inútil muchos meses, y en este largo período de inacción, su alimento debe ser mayor y de mejor calidad. Esta privación de trabajo este aumento de costo en la madre, salen del bolsillo del amo. De él salen también los largos, y las más veces estériles gastos del mismo recién nacido, y a estos se unen los riesgos que se corren en las vidas de madre e hijo; y todo forma un desembolso de tanta consideración para el dueño, que el negro que nace en casa ha costado más, cuando puede trabajar, que el que de igual edad se compra en pública feria..."
Representación de la ciudad de la Habana 1811
El coste de la reproducción humana recaería enteramente sobre los propietarios de esclavos, un coste que el sistema esclavista sometido a la exigencia de una alta productividad no podía asumir. El coste de la reproducción humana del sistema esclavista en Cuba lo ponían las mujeres africanas en África.
En 1842, ante las presiones de la metrópoli para elaborar un nuevo reglamento de esclavos en Cuba y dada las dificultades que experimentaban los propietarios después de la supresión de la trata para suplir las bajas debidas a la mortandad entre la mano de obra de sus haciendas le concedían, en este reglamento, una atención especial a la procreación.
"...Las esclavas suelen abortar por medio de hierbas por aborrecer el estado de preñez... es preciso interesar a las futuras madres, en la conservación del producto de su concepción, no sólo impartiéndoles un trabajo más llevadero sino también nutriéndoles con más esmero... "
Si los hacendados en 1811, parecían tener poco o ningún interés en asumir el coste de la reproducción humana de su mano de obra esclava, los de 1842 decían haber cambiado de opinión, al no disponer ya de la opción de la compra, aunque en ambos casos eran las propias mujeres esclavas (o muchas de ellas) las que en la práctica se negaban a realizar este tipo de trabajo.
En cuanto a los argumentos ideológicos y morales, el profundo racismo que organiza la sociedad de castas, propia de las colonias españolas, sustenta un círculo de exclusiones en las que el esclavo y la esclava, todo y ser considerados como una criatura humana, se encuentran al mismo tiempo incapacitados para ser reconocidos y reconocidas como tales.
"...¡Cuánto más digno y más útil, en todas las aceptaciones posibles, el haber establecido una escala de justicia, trazada por la prudencia para que los semibrutos que se pierden en África, ganasen algo desde luego, pasando a domino blanco y gradualmente llegasen por sí o por sus descendientes a la plenitud de goces civiles y políticos que ofrecen nuestras Constituciones..."
" ...Los indios y negros se hallan en un estado de incivilización, incapaces por ahora de poder hacer buen uso del derecho que se les concediese de ciudadanos... "
Agustín Argüelles 1811
"... Lo que no se hiciera con el más despreciable europeo, en quien todo nos recuerda que es hombre como nosotros, se hace con el infeliz africano, porque los ojos y los oídos están continuamente diciendo que pertenece a una raza degradada por la opinión genera, durante siglos. Esta consideración debería bastar para convencer a todo hombre racional y desapasionado, de que por mala que fuese la suerte de los esclavos africanos en su propia tierra jamás podría compararse con la que sufren entre unos hombres que se creen tan superiores a ellos, que aun cuando por una serie de generaciones se haya mezclado la sangre africana con la suya, hasta el punto de que en blancura, civilización y talentos los exceda un descendiente de negro, todavía insisten en que debe ser mirado como inferior a la persona más despreciable que no haya tenido ningún antepasado africano... "
Blanco White 1814
Las contradicciones, no obstante, se hacen evidentes en cuanto a la moralidad cristiana, la esclavitud y la moral cristiana se muestran imposibles de reconciliar. Estas contradicciones obligaran a los diputados, a los hacendados e incluso al propio Blanco White a complejos ejercicios de argumentación, que al fin no podrán resolver.
José Mª Blanco White, que respondió con lógica y brillantez los argumentos de la Representación de la Habana, fue también incapaz de superar esta contradicción, aunque opuso el derecho natural frente al derecho de propiedad privada sobre los seres humanos, aunque opuso la moralidad cristiana a la institución de la esclavitud, nunca se atrevió a plantear su abolición y se quedó tan sólo en la abolición del tráfico.
"... La esclavitud es el robo de la libertad. Una vez reconocida, así como lo está por todos, ¿qué razones hay para que no se devuelva la cosa robada?... Bastante ha durado el vergonzoso escándalo de que a la justicia y al deber se responda con azúcar y cacao. ¡Cómo! ¿Una iniquidad, reconocida con tal por todos se sostendría? Un día, ni una hora, porque es conveniente, porque es útil para alguno? Si la utilidad de algunos debe prevalecer contra la justicia de todos, ¿con qué derecho tenemos en presidio miles de hombres que se han apoderado de los bienes ajenos por la misma razón que se priva al negro de su libertad, porque así les convenía? ... "
Concepción Arenal 1875