Capitalismo y crisis de la esclavitud.
El advenimiento del moderno capitalismo industrial puso en crisis la esclavitud en sus aspectos comercial e institucional, pero no sin haber hecho posible esa última fase de apogeo que fue la que se registró en los Estados Unidos (y en las Antillas españolas) durante la primera mitad del siglo XIX. Entre las circunstancias que favorecieron el desarrollo de la esclavitud en aquel país se encuentran, en primer lugar, el movimiento de expansión colonizadora hacia occidente y la utilización de nuevos territorios para el cultivo intensivo de algodón, cereales, etc.; en segundo lugar, la consecuente demanda de mano de obra que se vino a cubrir justamente con la saca de individuos del África oriental dado que la parte occidental del continente Africano se hallaba bajo el dominio inglés; en tercer lugar, los bajos precios de los esclavos sacados del África oriental en comparación con el precio de la mano de obra libre en los Estados Unidos: estos bajos precios estimularon el transporte de los cargamentos negreros más importantes de toda la historia, hasta el punto de que los plantadores norteamericanos pudieron atenerse al lema "es más barato comprar que criar" y finalmente la formación de poderosas empresas comerciales esclavistas, con capitales norteamericanos, pudieron desarrollarse gracias a los adelantos técnicos de la navegación norteamericana que puso al servicio del tráfico negrero los "clippers", o buques más veloces y de mayor capacidad de carga.
Por lo tanto, los dos países, Inglaterra y los Estados Unidos, quedarán enfrentados en sus pretensiones por el predominio naval y comercial. En el problema específico del tráfico negrero, no dejó Inglaterra de desplegar todos los medios a su alcance para tratar de impedir este tráfico por parte de los Estados Unidos, pero ya estaba fuera de su alcance controlar la actividad comercial norteamericana. Lo máximo que pudo obtener Inglaterra en el continente americano fue el compromiso de las repúblicas latinoamericanas de romper con el tráfico negrero, hacer que éstas lo elevaran a la categoría de acto de piratería e inducir internamente un proceso de liberación de mano de obra esclava. Todos los tratados comerciales y de amistad celebrados con Inglaterra por parte de las nacientes repúblicas latinoamericanas contemplaban el problema de la trata de esclavos. A las repúblicas latinoamericanas Inglaterra pudo exigirles, como condición y precio del reconocimiento hecho a su independencia, el compromiso de suspender este tráfico.