El Abolicionismo inglés del siglo XIX.
La conciencia inglesa sobre la necesidad de abolir el tráfico negrero y extinguir la esclavitud sobrevino justamente cuando los países europeos, entre ellos Inglaterra el primero, se aprestaban a hacer la penetración del continente Africano. Cuando la corriente antiesclavista se pronuncia en Inglaterra (1807: supresión legal de la trata) subsisten todavía grandes intereses esclavistas en el seno de un Círculo importante de traficantes ingleses. El interior del continente negro estaba todavía cerrado para los europeos. El poder naval inglés era de tal magnitud que ninguna potencia estaba en condiciones de rivalizar con la decisión de Inglaterra de terminar con el tráfico negrero.
La conversión de Inglaterra al antiesclavismo constituyó en sí misma una nueva época de la vida pública inglesa. El movimiento antiesclavista, y mejor, el abolicionismo, se convirtió en la primera agitación propagandística exitosa de tipo moderno. En la época de los tratados de Viena (1815) Inglaterra indujo a las potencias europeas a suscribir la supresión del tráfico esclavo como la regla en los mares en esta nueva época histórica Así, su predominio económico y naval le aportaban las bases para un predominio colonialista.
El autor de referencia de la corriente abolicionista inglesa de finales del siglo XVIII fue Thomas Clarkson, cuyos puntos de vista, aportados en el escrito The Impolicy of the Slave Trade, fueron expuestos en el Parlamento inglés y fueron adoptados como la posición oficial de éste. La conclusión general de la investigación propiciada por el gobierno concluía que la trata negrera representaba un grave daño para la economía nacional inglesa.