El nacionalismo independentista
Este nacionalismo independentista cobra fuerza tras el fracaso de los acuerdos del lago Meech, y provoca el desencuentro con sectores importantes de la intelectualidad del Canadá ingles, que estaban haciendo un esfuerzo de comprensión para entender las necesidades de reconocimiento francófona y la conveniencia de encontrar puntos de encuentro entre ambas. El nacionalismo independentista se manifestó en el terreno político, centrando su discurso, desde el punto de vista de las amenazas y los peligros para la propia existencia de la lengua y la cultura, reclamando como única opción la de un estado soberano e independiente. Su discurso les llevó a considerar de más interés lo que sucedía en cualquier lugar del mundo, que lo que pasaba en Vancouver o Toronto.
Este mismo independentismo, encontró sus propios aliados en sectores de la comunidad canadiense, defendían la constitución de dos naciones independientes y étnicamente homogéneas. Esta por ver como pensaban resolver los problemas de sus minorías interiores.
Es en este ambiente de desencuentro, y de avance de la dialéctica ellos/nosotros, en donde se percibe la existencia del otro como amenaza, en la que tiene lugar el referéndum de 1995.