En los programas de los partidos políticos republicanos de tendencia progresista (Izquierda Republicana o Unión Republicana) no encontramos el reconocimiento expreso del derecho de las mujeres al trabajo. En la prensa republicana la tendencia más general es la que considerara que lo mejor para la sociedad es la adscripción femenina al hogar aunque, dado el contexto económico-social, no haya más remedio que aceptar su incorporación laboral.

Así, en diversos artículos aparecidos en el diario republicano El Sol, se responsabilizaba al trabajo femenino del incremento de la desocupación entre los hombres. Se abogaba por la limitación legislativa del trabajo extradoméstico de la mujer y se calificaba de inoportunas e ineficaces las proposiciones que defendían el derecho de las mujeres al ejercicio de cualquier cargo o puesto laboral. Se aceptaba el trabajo de la casada en caso de que su cónyuge no ganara lo suficiente para el mantenimiento de la familia.

Ante el problema social que conllevaba la doble jornada de la mujer trabajadora fuera y dentro del hogar, las propuestas desde el republicanismo incluían la creación de guarderías o sociedades de limpieza, la mejora de las condiciones laborales (aunque sin precisar de qué modo se podía conseguir) o la fabricación de aparatos domésticos destinados a facilitar las tareas domésticas.