"Mme de Coiçy en "Les
femmes commo il convient de les voir ou aperçu de ce que les femmes ont été,
de de qu`elles sont et de ce qu`elles pourraient être"
publicado en Londres y París en 1785 denunciaba las costumbres por
las cuales se permitía a las mujeres desempeñar todo tipo de labores por pesadas
que fueran cuando estas no llevaban aparejado valor social, pero se les prohibía
el acceso a los altos cargos como la magistratura,o las finanzas. El texto
de Mme. de Coiçy hace referencia al gran cambio del trabajo que se produce
desde finales del XVII y a lo largo del XVIII. El paso del taller y la fábrica
a la gran industria anuncia la época contemporánea y un número creciente de
mujeres entra en el mundo del trabajo al tiempo que las estructuras corporativas
saltan en pedazos. En las nuevas zonas industriales las mujeres ocupan un
número creciente de empleos, especialmente en la industria del tejido, de
la confección, de la seda y los encajes, los hilados. Pero también en el montaje
de relojes, en joyería, confección de abanicos, manufactura de papel.
Hacia el último cuarto
de siglo sin embargo, la crisis económica generó una demanda de puestos de
trabajo femeninos por los hombres, lo cual sumado a las limitaciones que establecían
algunas corporaciones dificultaba el empleo femenino entre las clases populares.
La competencia con la mano de obra masculina generó a finales del XVIII, poco
antes de la revolución varios decretos que frenaban la entrada de las mujeres
a ciertos empleos. Así por ejemplo el decreto de 24 de Agosto de 1781 en que
se cierra la entrada de las mujeres a la administración pública, el de 1755
que prohibe el acceso a la profesión médica o distintas normas que en varios
oficios y corporaciones limitan la presencia femenina a las categorías menos
cualificadas dentro de cada filiación profesional. De este problema se hacía
eco Mme. de Coiçy. Estas nuevas legislaciones matizaban el liberalismo anunciado
con la supresión de las corporaciones.