Los clubs femeninos surgieron antes en provincias que en la propia capital. En París el primero de ellos fue La Societé des Amies de la Verité, fundado por Etta Palm el 23 de marzo de 1791. En el programa de esta asociación se definían así sus objetivos: "En el nuevo estado de cosas que nos ha válido la libertad, todo ciudadano puede y debe estar al servicio de la patria, ancianos, mujeres y niños, ninguno de ellos puede considerarse libre de obligaciones para con ella; lo que es menester es educarles y utilizarles oportunamente y sustituir los prejuicios destructores con virtudes regeneradoras".

En las provincias habían comenzado a surgir desde 1789, siendo sus componentes en gran mayoría mujeres burguesas o que habían recibido una cierta instrucción. Inicialmente sus actividades eran de carácter filantrópico: atención social, tareas educativas y de educación sociopolítica tendente a difundir los principios ideológicos de la revolución, y aglutinaban también la participación de las mujeres en las fiestas cívicas.