Las sociedades
fraternales mixtas.
Las sociedades fraternales mixtas surgieron como sociedades
populares que agrupaban a los ciudadanos pasivos y por tanto también a las mujeres.
La primera de ellas surgió a raíz de una iniciativa de Claude Dansard, maestro
de escuela, que en noviembre de 1790 reunió en una sala del círculo de los Jacobinos
a los comerciantes y artesanos de su barrio para comunicarles los decretos promulgados
por la Asamblea Nacional; en marzo de 1791 se convertiría en la "Societé Fraternelle
des Patriotes des Deux Sexes". Este tipo de sociedades se expandió rápidamente
por París y provincias. A través de ellas las mujeres se iniciaron en la actividad
política. En mayo del mismo año se creó un comité central de coordinación de dichas
sociedades.
Frente a los decretos tendentes a frenar las actividades
de clubs y asociaciones, éstas fueron defendidas por los elementos más radicales
de los jacobinos. Robespierre y Brissot las defendieron activamente en una primera
época, definiendo como sus objetivos principales la deliberación sobre las leyes
a proponer, el conocimiento de las promulgadas y la vigilancia de los funcionarios
públicos. Cuando sus posiciones se radicalizaron coincidiendo con las de los Enragés,
Robespierre, a mediados de 1793, cerraría los clubs.