Portugal y Francia ponen en marcha las sanciones políticas contra Viena.-
Walter Oppenheimer.



"Portugal anunció anoche que hoy mismo pondrá en marcha las medidas de presión acordadas a principios de esta semana para combatir la presencia de la ultraderecha en el Gobierno austriaco. "A partir de este momento, dejará de haber reuniones bilaterales", dijo ayer António Guterres, primer ministro portugués. Francia también adoptará "inmediatamente" estas medidas, según anunció el Gobierno de Lionel Jospin. Mientras, el Parlamento Europeo aprobó ayer una resolución en la que pide sanciones para los Estados que violen los principios de la UE.


En Bruselas, un portavoz de la presidencia portuguesa subrayó: "En el comunicado se señala que [las medidas] se llevarán a la práctica si la extrema derecha entra en el Gobierno. Cuando eso sea un hecho [hoy] las medidas de presión también lo serán". Guterres explicó ayer que "Portugal no apoyará candidaturas de Austria a organismos internacionales y el embajador austriaco en Lisboa pasará a ser recibido sólo para contactos técnicos".

De esa manera se completa el paquete de tres medidas consensuadas por los 14 Estados socios de Austria en la UE y anunciadas por la presidencia semestral, en manos de Portugal, el pasado 31 de enero. Las medidas sólo se aplican de forma bilateral y no comunitario, por lo que la Comisión Europea no está obligada a seguirlas.

De momento, el Ejecutivo francés también ha anunciado la aplicación del acuerdo de los Catorce. En un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, y tras calificar como "deplorable" la confirmación de que la ultraderecha entra en el Gobierno de Viena, se informa de que París aplicará "de inmediato las medidas anunciadas por la presidencia portuguesa de la UE".

El Parlamento Europeo, poco antes, aprobaba ayer por abrumadora mayoría una resolución en la que pide tanto al Consejo como a la Comisión que estén dispuestos para suspender los derechos de cualquier Estado miembro que viole los principios de la Unión, en inequívoca alusión a la crisis austríaca, aunque no cita a este país en el texto aprobado.

El texto fue aprobado con 406 votos a favor, 53 en contra y 60 abstenciones. Lo apoyaron masivamente socialistas, verdes y liberales, pero también los conservadores a pesar de que se aleja mucho de las tesis defendidas la víspera por el portavoz del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Hans-Gert Pöttering.

Por ejemplo, la resolución subraya que "la integración del FPÖ en una coalición gubernamental legitima a la extrema derecha en Europa". Y "recuerda en particular al señor Schüssel, en su calidad de jefe del ÖVP, su profunda responsabilidad política a la hora de garantizar el respeto, por parte de cualquier gobierno que presida, del espíritu y la letra de los principios fundamentales del Tratado". Y "se felicita por el significado político de la declaración realizada oportunamente por la Presidencia portuguesa, en la medida en que reitera la preocupación de los Estados miembros por defender unos valores europeos comunes, y la considera un acto de vigilancia imprescindible y reforzada".


  • EL PAÍS. 4 de febrero de 2000.