"Austria no necesita clases particulares de
democracia", asegura el líder conservador.- José Comas.
"Wolfgang Schüssel, ministro austriaco de Asuntos Exteriores y presidente
del democristiano Partido Popular (ÖVP), que está a punto de lograr un
acuerdo de coalición con el Partido Liberal (FPÖ) del populista de derecha
Jörg Haider, rechazó ayer con contundencia la resolución condenatoria de
la Unión Europea (UE). "Austria no es un país que necesite clases
particulares de democracia", declaró. Haider, por su parte, insistió en su
deseo de formar Gobierno a pesar de todo. "Si el presidente y los partidos
se dejan influir por las presiones del extranjero podemos poner una cruz
sobre la democracia", afirmó.
El partido de Haider fue el segundo más votado en las
elecciones de octubre, y estos días intenta formar Gobierno con
los conservadores tras el fracasode los socialdemócratas, los más
votados, pero sin apoyos de coalición. "El Gobierno debe ser
formado ahora, está en el interésndel Estado", dijo anoche Haider.
Las negociaciones, por tanto, continúan.
Los acontecimientos se precipitaron ayer por la tarde en Viena. A las tres de la tarde llegó Haider al palacio presidencial para mantener la entrevista programada con Klestil. El lenguaje corporal y los gestos expresaban de forma palpable la aversión existente
entre ambos. Klestil le recibió en la antesala de su despacho presidencial, en la
sala de la Emperatriz María Teresa. Haider le dio la mano sin dignarse a mirarle a
la cara, siguió su camino y entró en el despacho presidencial. Al concluir, tras 45
minutos de entrevista, Klestil no salió con Haider, quien respondió a las preguntas
de la prensa.
Haider aprovechó la ocasión para quitar hierro a sus declaraciones del fin de
semana, cuando había dicho que el presidente francés, Jacques Chirac, todo lo
hace mal y que Bélgica tiene un Gobierno corrupto, que protege a los pederastas
y criminales. Por la mañana, en Carintia, Haider había insistido en que no admite
órdenes de Klestil.
Tras la entrevista con el presidente, Haider se mostraba en tono estadista y
conciliador: "El presidente dijo que tenemos que ser cuidadosos en el trato con
nuestros vecinos europeos y yo le dije que no quiero insultar a ningún Gobierno
extranjero ni al señor Chirac. Si alguien se sintió ofendido, lamento lo dicho y lo
retiro, pero en reciprocidad pido que se respete la democracia austriaca". Añadió
Haider: "Éste sería un nuevo Gobierno en el que, por primera vez después de 30
años, no figura ningún socialista, y pido que se le trate con la misma confianza que
a los anteriores".
Haider insistió: "El que espera de nosotros moderación y trato cuidadoso en estas
situaciones emocionales tiene que comportarse también así con nosotros. La
educación política no es una calle en una sola dirección. Muchos nos juzgan sin
conocernos, y digo que lo esencial es aceptar que no estamos de acuerdo en
todo, pero sobre la base de la democracia, de los principios del Estado de
derecho y de los valores de Europa".
A las cinco de la tarde le tocó el turno de entrevistarse con el presidente a
Schüssel. En medio de la entrevista con Klestil estalló la bomba de la declaración
de la UE contra la inclusión del FPÖ en el Gobierno. A la salida, Schüssel explicó
que trataría de contactar con el presidente de la UE, el portugués António
Guterres, y dio rienda suelta a su indignación lamentando "que se haya tomado
una decisión entre los 14 sin consultarnos a nosotros, que somos un país de pleno
derecho, sin esperar al programa de gobierno y qué personas lo forman. Yo
comprendo las preocupaciones y las preguntas, pero pido, por favor, juicios, y no
prejuicios". Contundente, Schüssel aseguró: "Austria no es un país que necesite
clases particulares de democracia. No somos un país subdesarrollado en
cuestiones de derechos humanos, y, entre nosotros, las libertades y derechos
humanos se encuentran tan bien guardados como en cualquier otro país europeo.
Esto seguirá así, y yo lo garantizo".
- EL PAÍS. 1 de febrero de 2000.