Características
generales
Pese a las
políticas de igualdad llevadas a cabo tanto por los distintos estados nacionales
como por la Unión Europea, las desigualdades
salariales entre hombres y mujeres persisten. Estas diferencias son debidas
fundamentalmente a la segregación sexual (horizontal y vertical) del mercado de
trabajo, pero tampoco ha desaparecido la discriminación salarial en puestos de
trabajo idénticos o de cualificación equivalente. La segregación sexual horizontal
del mercado de trabajo, es aún hoy muy marcada en la mayoría de los países; las
mujeres se sitúan en un abanico ocupacional más restringido que los hombres, y
los sectores más feminizados son los que tienen salarios más bajos, sin que esta
diferencia retributiva pueda achacarse a una menor cualificación de los mismos.
La segregación vertical del mercado laboral provoca además la concentración de
mujeres en los escalones
inferiores de las jerarquías profesionales, a los que corresponden los sueldos
más bajos.
Las
mujeres asalariadas que cobran un sueldo inferior al salario medio nacional de
cada país representan entre el 49% de Portugal y el 82% de Alemania.
Probablemente, los índices
de discriminación salarial y las diferencias salariales entre hombres y mujeres
son mayores de lo que nos muestran las estadísticas dado que la mayoría de estudios
excluyen los salarios a tiempo parcial, y aquellos que se realizan en la economía
sumergida que son en su mayoría realizados por mujeres.