Fracasos en la planificación.
La capacidad del capital para ejercer un poder privado de veto contra la política y las actividades administrativas del Estado del Bienestar amenaza continuamente su viabilidad fiscal, pero, no solo eso, también contradice y amenaza su coherencia y racionalidad. La planificación del estado del bienestar produce sistemáticamente dificultades imprevistas, revocaciones de planes y desafíos a su eficacia y legitimidad. El exceso de fracasos y resultados no planificados por el Estado del Bienestar es para Offe una consecuencia de diversas formas de resistencia organizada al poder estatal. Las disputas sobre salarios y condiciones dentro del sector estatal, la transferencia internacional de capital, las luchas de los sindicatos contra las empresas y la oposición de los movimientos sociales a las decisiones estatales son formas específicas y concretas de resistencia que tienden a estorbar o privatizar los intentos del Estado del Bienestar por entrar en una planificación "pública" guiada por reglas sinópticas o generales.
Este límite a la planificación del Estado del Bienestar se ve recortado también por la típica falta de coordinación entre diversas burocracias estatales y por la incapacidad de las ramas administrativas del Estado para asegurar su independencia con respecto a las reglas y resultados de las instituciones democráticas representativas y la competencia de partidos.
La contradicción entre el intento de planificar racionalmente las actividades de desmercantilización y la continuidad del control privado sobre la inversión del capital en la economía, estriban en que según la lógica de la economía capitalista el Estado del Bienestar debe abstenerse de intervenciones planificadas dentro del proceso acumulador controlado privadamente, aunque su planificación estatal y su administración sigan dependiendo de su dinámica cíclica y sus consecuencias disociadoras. Offe está convencido de que esta contradicción constituye un grave límite a la toma estatal de decisiones políticas.