"La principal crítica realizada por la nueva derecha al colectivismo es que "el interés general" esconde tras de sí, más frecuentemente que infrecuentemente, el "interés privado". Otra fuente de fallos del mercado es la identificación ingenua que se realiza entre bien común y acción estatal. Los colectivistas creen que existe un "interés público" susceptible de ser identificado, por lo que una vez definido se puede confiar en las administraciones públicas para que actúen a favor de ese interés público de forma neutral. Este proceso se ha mostrado muy poco realista. Así, los objetivos sociales tales como ingresos adecuados (prevención de la pobreza, cuidados médicos, educación y similares) están sujetos a un proceso continuo de redefinición protagonizado por los propios responsables de los servicios. En este proceso de redefinición, los intereses de grupos empiezan a sustituir, invocando al interés público, a los objetivos del propio interés público. aspecto que constituye un argumento importante del ataque neoconservador a la "racionalidad" de la acción estatal defendida por los colectivistas".


Ramesh Mishra, El Estado de Bienestar en Crisis, Ed. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1992, pág. 70.