Los derechos
sociales como derechos del trabajo asalariado: la exclusión de las mujeres.
Todos los Estados del bienestar
se han desarrollado sobre la base de la existencia de un modelo de familia con
un varón proveedor de los ingresos familiares responsable del mantenimiento de
esposa e hijos. La mayor parte de los estados han ido reconociendo progresivamente
los derechos sociales como derechos de ciudadanía, sin embargo éstos se han desarrollado
ligados al estatuto del trabajador asalariado y no del ciudadano. Por tanto, las
mujeres, adscritas prioritariamente a la familia y económicamente dependientes
del trabajador cabeza de familia, adquieren mayoritariamente derechos sociales
en cuanto esposas o viudas de los trabajadores varones o en su calidad de madres.
La diversa colocación de hombres y mujeres respecto al mercado de trabajo
no tiene pues como consecuencia diferencias solo de rédito sino también de acceso
a los derechos sociales. Los análisis del Welfare State muestran cómo los
derechos sociales, más que una extensión al conjunto de los ciudadanos
de los derechos originalmente desarrollados en relación al estatuto de trabajador,
como sugería Marshall, continúan siendo derechos laborales strictu sensu:
bien porque están conectados a un estatuto de trabajo remunerado -pasado, presente
o incluso futuro- como muestra, por ejemplo, el rédito que se paga a los jóvenes
en espera de trabajo (países escandinavos), bien porque cuando no están
vinculados al trabajo son mucho más precarios. De modo que las mujeres que subordinan
el trabajo asalariado al trabajo de la reproducción no tienen ni ciudadanía económica,
ni reconocimiento de los derechos sociales propios, ya que el trabajo de cuidados
no se reconoce como fuente de derechos y status de ciudadanía.
Las reivindicaciones
en torno a la consideración del trabajo no remunerado como acceso a los derechos
sociales ha dividido a las feministas, pues se ha subrayado que estas reivindicaciones
abren el camino a la consolidación de los trabajos de cuidados como una tarea
de las mujeres