Carlos Astete Larraín es exalumno del Executive MBA de la UB Business School. Actualmente es Técnico de Formación en el bufete de abogados Cuatrecases, uno de los líderes en la Península Ibérica. Al cabo de cinco meses de empezar el EMBA ya encontró trabajo en una start-up tecnológica con sede en Barcelona. En esta entrevista, Carlos nos cuenta sus impresiones acerca de su etapa de formación en la UB y de su trayectoria laboral posterior.
¿De qué modo ha contribuido el Executive MBA de la UB Business School a tu carrera profesional?
Para mí ha sido una aventura que ha valido la pena. A los cinco meses de comenzar las clases y de haber llegado desde Chile entré a trabajar en una start-up tecnológica de Barcelona, asumiendo roles completamente diferentes a los que estaba habituado. Desde analizar forecastings para rondas de inversión, pasando por el marketing digital y el esfuerzo diario de entender el lenguaje de los programadores. Fue una experiencia única que me sacó de mi zona de confort y donde aprendí mucho sobre las posiciones más estratégicas. No habría podido abrir esa puerta de no haber sido por el Executive MBA. Actualmente he continuado mi carrera como profesional de desarrollo y formación de personas en una gran empresa, pero con una visión muy distinta.
¿Los conocimientos adquiridos en el Executive MBA tienen aplicación práctica en tu trabajo actual?
La tiene en dos sentidos. Por un lado, me permite comprender el impacto de mi rol en el resto de la organización y, por otro lado, he obtenido un set de herramientas que puedo utilizar en el día a día. La gestión de personas, el trabajo colaborativo, la innovación, la responsabilidad social e incluso herramientas financieras o del marketing, que te son muy útiles aunque no trabajes en esas áreas.
¿Consideras que hubieses podido acceder a tu puesto sin la formación del Executive MBA?
Es difícil saberlo, pero me inclino por decir que no habría podido hacerlo. El Executive MBA me dio una visión diferente y un set de conocimientos que me diferencian de otros profesionales de mi ámbito. Pero si solo te quedas con eso no ganas mucho. Tienes que poner esos conocimientos en movimiento, probarte y estar actualizándote constantemente porque el mundo está cambiando rápido. La puesta en práctica y la actualización de esos conocimientos es fundamental.
¿Por qué decidiste estudiar en primera instancia el Executive MBA de la Universidad de Barcelona?
Creo que las organizaciones deben existir para mejorar la vida de las personas y transformar el mundo. La Universidad de Barcelona representa esa mezcla de compromiso social y rigurosidad académica que yo buscaba.
¿Consideras que, como norma general, el Executive MBA te permite acceder a puestos de mayor responsabilidad?
Un MBA puede ser muy potente para tu branding personal, pero si no pones en práctica los aprendizajes no te va a garantizar el éxito en el largo ni el mediano plazo. Creo que hoy en día los MBA están en tela de juicio porque hubo mucha gente que entró a estudiarlos con el único propósito de mejorar su status, pero no han generado impacto real en sus entornos.
¿Puedes contarnos alguno de tus mejores recuerdos del periodo en el que estuviste en la Universidad de Barcelona?
Todos los recuerdos que me vienen a la mente son situaciones en las que me tocó compartir experiencias con mis compañeros, todos de distintos países. Conectas con personas muy distintas a ti y eso te hace crecer como persona, desarrollas una especie de empatía cultural. Las caminatas después de clases o esos momentos de complicidad mientras trabajas con tu equipo hasta altas horas de la noche, cosas que no vivía desde la universidad.
¿Cuáles son tus objetivos profesionales a medio y largo plazo?
Es un mundo muy cambiante para hablar de objetivos a largo plazo, aunque sí tengo una visión: consolidar mi carrera en Barcelona y desarrollar proyectos en el mundo académico y la consultoría.
¿Planeas complementar tu formación académica en un futuro próximo?
Sí. Estoy interesado en los campos de la cognición, el aprendizaje social y las nuevas tecnologías.