LA PERSECUCIÓN

Radiografia de un águila-azor perdicera tiroteada, en la que se aprecian los perdigones. (Foto: Joan Real)

 

La persecución directa por parte del hombre es uno de los problemas que des de la antigüedad han afectado a las poblaciones de muchos predadores, entre ellos el águila-azor perdicera. Hay que considerar que hasta principios de la década de los 70, existían leyes que promovían e incentivaban la eliminación de estos animales. Los métodos empleados van desde la persecución a tiros a la utilización de venenos y trampas o el expolio de huevos y pollos en el nido.

A pesar de que la frecuencia de persecución en relación a la electrocución ha disminuído en Catalunya, el número absoluta de águilas muertas por esta causa es similar al de hace varias décadas. Ello significa que globalmente la persecución no ha variado en las últimas décadas. En los últimos años se han detectado reiteradamente águilas muertas a tiros en varios cotos privados de caza y se ha constatado la utilización de veneno en otros. Este hecho indica que en Catalunya aún se sigue persiguiendo a las aves rapaces de forma indiscriminada.

Este resurgimiento de pràcticas ilegales y muy perjudiciales para la fauna y los ecosistemas (venenos, persecución sistemática de depredadores) que parecían olvidados y fruto de siglos pasados, probablemente tienen su origen en la disminución de los rendimientos cinegéticos causados por la aparición de nuevas enfermedades de las especies cinegéticas, las repoblaciones irresponsables, la degradación de los hábitats y una presión de caza insostenible que echa la culpa a los depredadores. En otros casos, puede tratarse sencillamente de disparar indiscriminadamente sobre cualquier animal o bien de matar o comerciar con una especie protegida.

Una actividad cinegética sostenible, respetuosa con el medio y favorecedora de la biodiversidad puede ser perfectamente compatible con la conservación de las águilas.

SOLUCIONES

(Foto: Vicenç Bros)

La creación de espacios donde no se permita la caza (Reservas Naturales de Fauna Salvaje o Refugios para la Fauna Salvaje en Catalunya, entre otros) ubicados en los principales núcleos de las áreas de nidificación y dispersión de los jóvenes de águila-azor perdicera.

La creación de plazas permanentes de guardas dirigidas a controlar que se respete la normativa vigente en estas áreas.

La aplicación de una legislación más rigurosa a la hora de penalizar la caza furtiva y otros delitos contra la fauna protegida pero que, a su vez, contemple apoyo técnico y ayuda a los vedados en los que se lleve a cabo una gestión cinegética sostenible.

La consicienciación y colaboración con el colectivo de cazadores para dar a conocer el interés de la preservación de los predadores y las actividades ambientales que favorecen una gestión sostenible de la caza.

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