La electrocución en tendidos eléctricos es una de las principales causas de mortalidad de muchas especies de aves amenazadas. En Catalunya se ha estimado que anualmente mueren unos 3.000 ejemplares por esta causa. En el caso del águila-azor perdicera, la electrocución es responsable del 65% de las muertes de individuos adultos detectadas en Catalunya y, por lo tanto, una de las causas principales de la rápida disminución de sus poblaciones.

Además de tener un impacto negativo para las poblaciones de aves, la electrocución puede comportar también otros aspectos negativos ya que es la causa de numerosos cortes de corriente y, en determinados casos, se ha comprobado que la misma ave puede originar incendios forestales al caer sobre la vegetación.

Cómo se puede electrocutar un ave?

La electrocución afecta principalmente a aves de tamaño grande o mediano, como es el caso de las rapaces y los córvidos, que suelen utilizar los apoyos eléctricos como atalayas de caza o para descansar, comer o dormir. En determinados apoyos, a causa de su diseño, el ave puede tocar muy fácilmente dos hilos conductores o bien hacer masa entre el apoyo y uno de los hilos, de manera que cae víctima de una descarga eléctrica.

Riesgo asociado a los diferentes apoyos eléctricos