Una
de las causas de mortalidad de las águilas perdiceras de la
cual se dispone de menos información es el ahogamiento en
balsas de riego o de prevención de incendios. Hasta ahora se
conocían muy pocos casos ya que no es fácil encontrar los
cadáveres. Pero el hecho de que actualmente exista un gran
número de águilas perdiceras marcadas con emisores facilita la
recuperación de los animales muertos y, por lo tanto, permite
disponer de una muy buena muestra de las causas de mortalidad de
las águilas. En los últimos años se ha podido certificar que
determinados tipos de balsas pueden suponer una trampa mortal
para las águilas. El caso más preocupante que se conoce
corresponde a una pareja de adultos de un mismo territorio que
murieron juntos en la misma balsa de riego.
El
águila perdicera utiliza cursos fluviales y embalses para
capturar algunas presas como aves acuáticas. Además, también
le gusta tomar baños con regularidad. Muchas balsas de riego o
de prevención de incendios suelen ser muy profundas y no
disponen de estructuras que faciliten la entrada o salida de los
animales. En estos tipos de balsas, además de águilas
perdiceras, se conoce también la muerte de otras muchas
rapaces, pero también de anfibios y mamíferos. Por este motivo
sería importante incorporar mecanismos que permitan la salida
de los animales sin que la funcionalidad de la balsa se viera
afectada, especialmente en las situadas en territorios de
águila perdicera o en áreas de dispersión de los jóvenes. |
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