La responsabilidad social en la UB | ||||||
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No existe una única definición de responsabilidad social clara y admitida por toda la sociedad, ya que hay multitud de visiones, tendencias y formas de explicarla. En el documento La Responsabilidad Social en las Universidades Españolas, elaborado por la Universidad de Burgos, se considera que «el término responsabilidad social hace referencia a las obligaciones y compromisos, legales y éticos, tanto nacionales como internacionales, que provienen de los impactos que producen las organizaciones en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos. Actualmente, el concepto de responsabilidad social se considera una normativa no obligatoria o ley blanda (sin la fuerza de la ley) y ha dado origen a diferentes percepciones sectoriales (como responsabilidad social corporativa/empresarial o responsabilidad social universitaria) y a nuevas propuestas acerca de las implicaciones institucionales del concepto. De forma general se puede definir la responsabilidad social como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valorativa y su valor añadido». Otras definiciones que consideramos interesante mostrar son las de la Organización Internacional del Trabajo y la de la Comisión de las Comunidades Europeas. En el primer caso, se dice que «la responsabilidad social de la empresa (RSE) es el reflejo de la manera en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen sus actividades sobre la sociedad, y en la que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores». La Comisión de las Comunidades Europeas, en su Libro Verde del año 2001, define la responsabilidad social de las empresas como «laintegración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores». No. Es cierto que en sus orígenes la responsabilidad social estuvo fuertemente vinculada a las grandes multinacionales, pero progresivamente ha ido extendiéndose hacia empresas de menos dimensión, y últimamente está entrando con fuerza en el sector público. Los valores propios de la responsabilidad social pueden aplicarse a todas las organizaciones, independientemente de su tamaño y vocación (pública o privada). A menudo, se ha pretendido desvirtuar los beneficios de la adopción de la responsabilidad social en el ámbito público alegando que esta responsabilidad ya se encontraba implícita en su naturaleza y actividad. Es decir, que desde el sector público, por el simple hecho de trabajar para la ciudadanía, ya se estaba haciendo responsabilidad social. Esta visión, sin embargo, cae en el error de confundir función pública y responsabilidad social. Desde la UB consideramos, en cambio, que la adopción de la responsabilidad social en el ámbito público es aún más necesaria, ya que, cuando se gestionan recursos públicos, actuar con la máxima eficacia y eficiencia se convierte en una obligación. Tal como sucede con el concepto de responsabilidad social empresarial, no existe una única definición de responsabilidad social universitaria. La mayoría, sin embargo, coincide en rechazar que se utilice como sinónimo de filantropía. La filantropía es una decisión puntual o permanente que toma una organización —además o aparte— de sus funciones; la responsabilidad social, en cambio, es una teoría de gestión que obliga a la organización a situarse y comprometerse socialmente en y desde el propio ejercicio de sus funciones básicas. El Grupo de Ingeniería y Gestión Responsable de la Universidad de Burgos define la RSU como la «capacidad de la universidad de aplicar un conjunto de principios y valores, declarados en su filosofía de gestión, en la praxis de sus funciones básicas: gestión, docencia, investigación y producción y extensión, con miras a responder a las demandas de los grupos de interés de su entorno». Seguir los principios de la RSU implica rendir cuentas a la sociedad de los progresos (ya sean positivos o negativos) en el ámbito social, el medioambiental y el económico. Por lo que respecta al ámbito social, son muchas las actuaciones que se pueden llevar a cabo para impulsar una gestión de la universidad socialmente responsable. Fomentar la relación entre la universidad y la sociedad, potenciar e incrementar los programas de formación no reglada y los planes de extensión universitaria en función de las demandas sociales, o incorporar estudiantes procedentes de sectores desfavorecidos serían tres ejemplos de actuaciones en esta línea. En el ámbito económico, ser socialmente responsable implica ser transparente, rendir cuentas más allá de las meras obligaciones legales, y establecer mecanismos de control interno que permitan evaluar la gestión y mejorar la eficiencia en la distribución de los recursos económicos. En nuestro caso, por ejemplo, tenemos el compromiso de informar de manera clara sobre la gestión de la Universidad de Barcelona y de publicar anualmente una memoria de gestión, y por esta razón disponemos de una unidad de control interno que nos facilita la tarea de llevar su control. En el ámbito medioambiental, a menudo lo más publicitado de la responsabilidad social, especialmente en las grandes corporaciones, nuestras actuaciones van ligadas a la sostenibilidad y a la promoción del ahorro energético y del reciclaje. |
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© Universitat de Barcelona | Edición: Comunicación Última actualización o validación: 02.09.2021 |