SEMANAS

Pasan una tras otra las semanas y se van acumulando inexorablemente y llegan los meses y de pronto los meses se cuentan en años…

Un día me levantaré y comprobaré con tristeza que todo lo que me mantenía unido a ti se ha quedado mustio, deslucido e insignificante como esa mascarilla de bronce expoliada de una oscura tumba de la vieja Etruria, que me mira con sus ojos muertos desde una vitrina cualquiera en la National Gallery.

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