ULISES

Bernhard Schlink, autor de El lector, una novelita que ha tenido mucho éxito, apunta que:

Los griegos, por supuesto que sabían que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río no creían en el regreso. Así pues, Ulises no regresa para quedarse, sino para volver a zarpar.

La Odisea tendría que ser considerada entonces como una metáfora de la vida, como ya lo era –por cierto– la batalla en la Iliada: venir desde un punto sobrevenido, sin destino y sin final razonable, aunque con término asignado. Puro tránsito, duración, transcurrencia sin retorno.

Es evidente que es así; aunque uno entonces se pregunta ¿de dónde habrán salido la esperanza del sentido y la idea de reparación?, sobre todo cuando no parece probable que alguna vez se pueda responder a estos interrogantes. El propio Ulises nunca supo por qué le tocó en suerte vagar por ahí.

(Pero mejor sacudirse de encima estos pensamientos tan pesimistas. Así no se puede trabajar.)

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.