A
la pintura de Paco Todó
Indiscutiblemente no es un mundo
para vivir en él.
Esas antenas,
cuyas complicaciones, sobre el papel, adquieren
una excesiva deliberación,
y lo mismo esos barcos como cisternas madres
amamantando a los remolcadores,
son la flora y la fauna de un reino manual,
de una experiencia literal
mejor organizada que la nuestra.
Aunque la vaguedad quede en el fondo
- la dulce vaguedad del sentimiento,
que decía Espronceda -, suavizando
nuestra visión del tándem y la azada,
de todos cuantos útiles importa conocer.
(Como aquellos paisajes, en la Geografía
Elemental de Efetedé,
con ríos y montañas abriéndose hacia el
mar,
mientras el tren, en primer término,
enfila el viaducto junto a la carretera,
por donde rueda solitariamente
un automóvil Ford, Modelo T.)
Que la satisfacción de la nostalgia
por el reino ordenado, grande y misterioso
de la tercera realidad
no sólo está en el vino y en las categorías:
también hacen soñar estas imágenes
con un mundo mejor.
Las lecciones de cosas siempre han sido románticas
- posiblemente porque interpretamos
los detalles al pie de la letra
y el conjunto en sentido figurado.
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