J.
VILELLA, «Idacio, un cronista de su tiempo», Compostellanum 44/1-2
(1999), pp. 39-54. |
Idacio, un cronista de su tiempo(*)
JOSEP VILELLA
Verum ad haec ignarus indignussimus omnium seruorum
dei Yda-
tius seruus Iesu Christi dei et domini nostri que secuntur ab anno primo
Theodosii Augusti et comperti et disscripsi breui antelato praefationis
indicio (1). Con estas palabras escritas en el prefacio de su continua-
ción al Chronicon de Eusebio y de Jerónimo (2), Idacio se refiere a la
extensión y naturaleza de su trabajo de cronista y pone modestamen-
te de manifiesto las diferencias de estilo y de contenido entre la obra
que continúa y su suplemento (3). Tanto si aceptamos o no la poca for-
mación de este obispo galaico (4), es indiscutible que su escueta Cró-
nica es absolutamente fundamental para el conocimiento del fenómeno
histórico que acontece en Hispania durante el desapacible siglo V. La-
mentablemente, la falta de información es casi absoluta para los años
siguientes a los comprendidos en la narración idaciana, interrumpi-
da en el 469, precisamente cuando está empezando una nueva y de-
cisiva ofensiva visigoda en la Península Ibérica bajo Eurico (466-484),
cuyo inicio aún queda reseñado por Idacio (5).
(*) Este
estudio se ha realizado en el marco de los proyectos de investigación
PB97-0891 y 1997SGR 357.
(1) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., introd., Burgess, p. 70, l.
4-7.
(2) Ver n. 63.
(3) Cf.: YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., introd., Burgess, p. 70, l. 3-7; praef.,
1,
p. 70-72, l. 11-19; praef., 3, p. 72, l. 25-26; praef., 5, p. 72,
l. 40-43. En relación a la ad-
miración de Idacio por Jerónimo, cf. también: YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., praef.,
4, Burgess, p. 72, l. 31; praef., 4, p. 72, l. 33-34; a. 406, 32,
p. 80; a. 415, 51, p. 84. Es evi-
dente que, a pesar de sus afirmaciones, Idacio poseía cierta cultura, sobre
todo en
el ámbito cristiano -ver n. 68-.
(4) Al compararse con Eusebio y
Jerónimo, Idacio también dice de él que tiene
poca formación en estudios profanos (perexiguum informatus studio seculari):
YDA-
TIVS, Cont. Chron. Hieron., praef., 1, Burgess, p. 72, l.
16-17. De todas maneras, el
cronista tiene cierto conocimiento de la poesía latina
clásica, cf. YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., a. 443, 120, Burgess, p. 96. Por su parte,
Braulio cita a Idacio entre
los hombres muy distinguidos y muy doctos (eligantissimos et doctissimos
uiros) na-
cidos en la Gallaecia: BRAVLIO, Ep., 44, Riesco, p. 180,
l. 290-293.
(5) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 468, 239, Burgess, p. 120; a. 468, 244, p. 122.
39
Nuestro objetivo en estas páginas es aprehender, dentro
de lo po-
sible, la vida y la personalidad de un cronista cuya obra en buena me-
dida es consecuencia de su vida -particularmente de la información
a la que tiene acceso desde su episcopado (6)- y está salpicada por datos
personales que constituyen la principal fuente de información acerca
de su autor. Además de su Crónica, un estudio de tipo biográfico sobre
Idacio debe incluir asimismo la información proporcionada por otros
textos de la época, textos que complementan lo que el primer cronis-
ta hispano dice de él mismo y que redundan en poner de manifiesto
que nuestro personaje constituye un excelente paradigma de la sim-
biosis entre romanidad y catolicismo que era compartida por amplios
sectores hispanorromanos de la época.
Resultante de nuestra elaboración del volumen hispano
de la
PCBE (7), la biografía que presentamos se fundamenta en una lectura
directa de las fuentes y pretende recoger, de manera ordenada y com-
pleta, la documentación pertinente, así como fijar y fechar estos datos
con precisión. De esta manera esperamos contribuir a un mejor co-
nocimiento de nuestro cronista y del mundo que encarna. En la pre-
sentación de los testimonios relativos a la vida de Idacio establecemos
los siguientes apartados: 1) nacimiento e infancia; 2) obispo y político;
3) inquietud y actuación ante las herejías; 4) continuador de Eusebio y
de Jerónimo; 5) los últimos años. Señalar también que en el texto que
sigue la abreviatura empleada para Idacio es "Y." -letra inicial de
Yda-
tius (8), grafía proporcionada por los manuscritos más antiguos-.
(6) Cf.: ID., Cont. Chron.
Hieron., praef., 6, ibid., p. 74, l.
51; praef., 5, p. 74, l. 45.
Ver
n. 66 y 71.
(7) Ver J. VILELLA, "PCBE: Hispania",
Medieval Prosopography, 19 (1998), p. 135-
176.
(8) Variantes:
ADACIVS (YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., praef., Burgess,
p. 70,
l. 8, in append. 4, p. 154); ADATIVS (ID., Cont. Chron. Hieron., ibid.,
in append. 3, p.
152 s. u. Ydatius); DATIVS (LEO I, Ep., 15, 17, 13, Vollmann,
p. 138, l. 385, in app. crit.);
EDATIVS (ID., Ep., 15, 17, 13, ibid., p. 138, l. 385, in app.
crit.); HYDACIVS (ID., Ep.,
15, 17, 13, ibid., p. 138, l. 385, in app. crit.); HYDATIVS (ID.,
Ep., 15, 17, 13, ibid., p. 138,
l. 385, in app. crit.); IDACIVS (TVRIBIVS, Ep. ad Idac. et Cep., direct.,
PL 54, 693; LEO
I, Ep., 15, 17, 13, Vollmann, p. 138, l. 385, in app. crit.;
YDATIVS, Cont. Chron. Hieron.,
a. 416, 54, Burgess, p. 84-85, in app. crit.); IDASIVS (LEO I, Ep.,
15, 17, 13, Vollmann,
p. 138, l. 385, in app. crit.); IDATIVS (ID., Ep., 15, 17, 13, ibid.,
p. 138, l. 385; YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., a. 416, 54, Burgess, p. 84-85, in app.
crit. et in append. 4, p. 160;
ID., Cont. Chron. Hieron., ibid., in append. 3, p. 152 s.
u. Ydatius; BRAVLIO, Ep., 44,
Riesco, p. 180, l. 293); ITACIVS (PS. ISIDORVS, De uir. ill., 9, PL
83, 1088); IVDASIVS
(LEO I, Ep., 15, 17, 13, Vollmann, p. 138, l. 385, in app.
crit.); VDACIVS (YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., introd., Burgess, p. 70, l. 5, in append.
4, p. 154); YDACIANVS (LEO
I, Ep., 15, 17, 13, Vollmann, p. 138, l. 385, in app. crit.);
YDACIVS (ID., Ep., 15, 17, 13,
ibid., p. 138, l. 385, in app. crit.).
40
1. NACIMIENTO E INFANCIA
Según indica él mismo, Y. nace en Lemica (9) (Gallaecia,
Ginzo de
Limia (10)), al parecer en una familia cristiana de considerable rango
social (11). Probablemente en el 407 -o en una fecha comprendida entre
c. 400 y el 15 de octubre del 412 (12)-, Y., siendo niño -quizás huérfa-
no- (et infantulus et pupillus) (13), viaja -posiblemente acompañado por
un familiar- a Oriente, donde, según él mismo afirma, ve a Juan (14),
(9) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., praef., 1, Burgess, p. 72, l. 14-15.
(10) Los Limici ocupaban
las tierras del curso superior del río Limia, en la zona
de Xinzo de Limia (Ginzo de Limia). Para la identificación del núcleo principal
de
los Limici en el Monte de Viso, junto a Nocelo da Pena, Sarreaus,
provincia de Oren-
se, ver AA. VV., Tabula Imperii Romani. Hoja K-29: Porto.
Conimbriga-Bracara-Lucus-
Asturica, Madrid 1991, p. 57, Forum Limicorum y p. 66, Limici.
(11) Así parece desprenderse del
viaje que realiza a Oriente, ver n. 18.
(12) Es muy probable que el
viaje de Idacio a Oriente tuviera lugar en el año
407, año en el que él sitúa en su obra la noticia de que vio allí a Juan,
Eulogio, Teó-
filo y Jerónimo -ver n. 18-. No obstante, las fechas ante quem y post
quem del viaje
deben situarse dentro de los márgenes que resultan de contrastar la cronología
de
los episcopados de Juan, Eulogio y Teófilo, así como de la muerte de Jerónimo.
De
estas cronologías -ver n. 14-17- resulta que el viaje de Idacio a Oriente tiene
lugar
entre circa 400 y el 15 de octubre del 412 puesto que éstas son las
cronologías pro-
porcionadas por el último de los tres obispos vistos por Idacio que es ordenado
-Eu-
logio, ver n. 15- y por el primero de estos tres obispos que fallece -Teófilo,
ver n.
16-, habida cuenta de que la muerte de Jerónimo es posterior.
(13) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 407, 33, Burgess, p. 80; praef., 4, p. 72, l.
33. Es posible que con la expresión et infantulus et pupillus Idacio
indique que, ade-
más de niño, era huérfano cuando viaja a Oriente, aunque también puede tratarse
de una reiteración de sinónimos ya que los dos términos podían utilizarse con
el
significado general de niño. En este mismo sentido, haciendo referencia a ambas
posibilidades, se manifiesta Burgess, si bien en la traducción del pasaje se
inclina
por atribuirle el sentido concreto de huérfano, ver R. W. BURGESS, The
Chronicle
of Hydatius and the Consularia Constantinopolitana. Two contemporary accounts
of the final years of the Roman Empire, Oxford 1993, p. 4 y 81.
(14) Juan es el sucesor de Cirilo en
la sede de Jerusalén: SOCRATES, Hist. eccl.,
5, 15, PG 67, 604; SOZOMENVS, Hist. eccl., 7, 14, 4, GCS
50, p. 318, l. 25-27. Cirilo fa-
llece en el año 387 -probablemente el 18 de marzo, día en el que se le
conmemora
en los calendarios litúrgicos-: HIERONYMVS, De uir. ill., 112, TU
14, 1a, p. 50. Ver al
respecto, P. NAUTIN, "La date du «De Viris Inlustribus» de Jérôme, de la
mort de
Cyrille de Jérusalem et de celle de Grégoire de Nazianze", RHE, 56,
1 (1961), p. 35.
El
óbito de Juan acontece a finales del 416 o durante la primera mitad del 417
pues-
to que se documenta como destinatario de una carta de Agustín escrita a inicios
del 416 -AVGVSTINVS, Ep., 179, CSEL 44, p. 691-697, para la
fecha, cf. CSEL 58, p.
46-47-, y de otra de Inocencio I -INNOCENTIVS I, Ep., 137*, apud
HIERONYMVS,
Ep., CSEL 56, p. 264-265 (Jaffé, 325)- escrita durante el
mes de febrero del 417, cuan-
do Juan puede o no vivir ya. En cualquier caso, su muerte se produce, sin duda,
antes
del 21 de septiembre del 417, fecha en la que Prailio está documentado como
obis-
po de Jerusalén por Zósimo, quien dice haber recibido, en ese día, una carta de
Prai-
lio, obispo mencionado por Zósimo como el sucesor de Juan en la sede de Jerusa-
lén: ZOSIMVS, Ep., 3, Coll. Auell., 46, 2, CSEL 35, p.
103, l. 10-11 (Jaffé, 330).
41
obispo de Jerusalén; a Eulogio (15), obispo de
Cesarea; a Teófilo (16),
obispo de Alejandría; y a Jerónimo (17), monje de Belén (18), hecho del
(15) Eulogio
es el sucesor de Juan en la sede de Cesarea de Palestina. Eulogio
ya es obispo en el año 400: THEOPHILVS ALEX., Ep. syn.
ad Palaest. et ad Cypr. episc.,
apud HIERONYMVS, Ep. 92*, CSEL 55, p. 147; Conc.
Hierosol. (400), Ep., 93*, direct.,
apud HIERONYMVS, Ep., ibid., p. 155 -para la fecha de
estas cartas, ver F. CAVA-
LLERA, Saint Jérôme. Sa vie et son oeuvre, I, 2, Louvain-Paris 1922, p.
40-. No puede
aceptarse, al respecto, la cronología proporcionada por Marco Diácono, quien
to-
davía documenta a Juan como obispo de Cesarea durante la primavera del 402:
MARCVS DIAC., Vita Porphyrii episc. Gazensis, 53, Grégoire-Kugener,
p. 43-44 (BHG,
1570); 62, p. 49-50. Después de haber presidido el concilio celebrado en la
ciudad
palestina de Dióspolis (Loudd) en el mes de diciembre del 415, Eulogio es, a
inicios
del 416, destinatario de una carta de Agustín -así lo indica el propio Agustín
en la
ep. 19*-, carta no conservada como destinada a Eulogio pero que sería
similar, qui-
zás idéntica, a la ep. 179 de Agustín dirigida a Juan de Jerusalén -ver
n. 14-, teniendo
también ambas cartas la misma cronología: AVGVSTINVS, Ep., 19*, 4, 1, CSEL
88,
p. 93, l. 7-8. Paralelamente a esto hay que tener en cuenta que Domnino, el
sucesor
de Eulogio, es ordenado obispo por Prailio -THEODORETVS, Ep., 110, SC
111, p. 40,
l. 25-26-, el sucesor, a su vez, de Juan en la sede de Jerusalén -ver n. 14-.
(16) Teófilo es el sucesor de
Timoteo en la sede de Alejandría. Teófilo murió el
15 de octubre del 412 -SOCRATES, Hist. eccl., 7, 7, PG 67, 749- y
su episcopado duró
veintiocho años -Exc. Barb., 325, MGH aa 9, Chronica minora
1, p. 297; EVTYCHIVS
ALEX., Annales, PG 111, 1025-. A partir de estas indicaciones, la
fecha de la muerte
de Timoteo y, en consecuencia, del inicio del episcopado de Teófilo corresponde
al
384 ó 385, estando, ambos años, explícitamente recogidos en las fuentes
existentes.
Según los Excerpta Barbarica, la muerte de Timoteo acontece el 20 de
julio del 384
-Exc. Barb., 325, MGH aa 9, Chronica minora 1, p. 297-,
mientras que Sócrates y So-
zomeno sitúan el óbito de Timoteo y su sucesión por Teófilo en el 385
-SOCRATES,
Hist. eccl., 5, 12, PG 67, 597; SOZOMENVS, Hist. eccl., 7,
14, 4, GCS 50, p. 318, l. 25-27-.
Es demasiado tardía la fecha que, al respecto, da Teófanes: THEOPHANES, Chronogr.,
1, De Boor, p. 70, l. 23-24. En relación con la cronología inicial y
final del episcopado
de Teófilo, ver A. FAVALE, Teofilo d'Alessandria (345 c.- 412). Scritti,
Vita e Dottrina,
Torino 1958, p. 48-49 y 175-176.
(17) Jerónimo muere con
posterioridad al 29 de septiembre del 419, ver al res-
pecto, F. CAVALLERA, Saint Jérôme..., I, 1, p. 338 y I, 2, p. 63.
(18) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 407, 33, Burgess, p. 80; praef., 4, p. 72, l.
32-33. P. NAUTIN, "L'introduction d'Hydace à sa continuation de la
Chronique d'Eusè-
be et Jérôme", RHT, 14-15 (1984-1985), p. 152, n. 6, duda de si
Idacio vio realmente
a estos personajes durante su viaje a Oriente al entender el término pupillus
que
aparece en la noticia del año 407 como "educado". Nautin argumenta
que Idacio no
sólo dice que los vio sino que fue educado por ellos -lo cual supondría una
prolon-
gada estancia de Idacio en Jerusalén, Cesarea, Alejandría y Belén- y considera
que
el cronista se refiere a que los conoció únicamente por sus obras y no
personalmente.
Sin embargo, no puede deducirse tal hecho de las palabras de Idacio, sino
simple-
mente que aún era muy niño -y quizás huérfano- cuando los vio -n. 13-. La men-
ción de este viaje evidencia que constituyó una gran
efemérides en la vida de Ida-
cio, cronista cuyo interés por los asuntos eclesiásticos de Oriente queda
recogido
-aunque con constantes errores- en su obra: YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 380,
5, Burgess, p. 74; a. 388, 18, p. 76; a. 404, 29, p. 80; a. 406, 31-32,
p. 80; a. 407, 33, p. 80;
a. 414, 50, p. 84; a. 415, 51, p. 84; a. 416, 53, p. 84; a. 417, 58, p. 86; a.
435, 97, p. 92; a.
436, 100, p. 92-94; a. 442, 119, p. 96; a. 450, 138, p. 100; a. 462, 210, p.
114. Ver
n. 32-40
y 62. De ser cierto el acceso de Idacio a la vida monástica -ver n. 21-, es
posible que
su estancia en Oriente le haya influido al respecto.
42
cual puede inferirse la estancia de Y. en estas
ciudades (19). Después
de estar en Oriente, Y. regresa a la Gallaecia (20).
2. OBISPO Y POLITICO
Y. posiblemente accede a la vida eclesiástica en el 416
(21). En el
427 (22), Y. es elegido (creatus; adlectus) obispo (23),
probablemente de
Aquae Flauiae (Gallaecia Chaves) (24). Cuatro años después de
iniciar
su episcopado, los suevos vuelven a romper la paz que habían estable-
cido con los hispanogalaicos (25) y perpetran actos de saqueo. A causa
de ello, Y. es elegido (26) para ir en legación (suscipit legationem)
ante
(19) También
es posible que Idacio viera a algunos de estos personajes en ciu-
dades donde no residían habitualmente.
(20) Si bien no es posible
saber, con seguridad y precisión, la cronología y du-
ración del viaje de Idacio a Oriente -ver n. 12-, de lo indicado en la Crónica
se in-
fiere que su autor regresa a su país cuando todavía era niño.
(21) Cf.
YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 416, 54, Burgess, p. 84-85,
in app. crit.:
Idatii ad deum conuersio peccatoris. Éste es un dato que no ofrece el
único manuscrito
completo -B = Phillips 1829, f. 153r.-172v., c. 830, Deutsche
Staatsbibliothek, Berlín-
de la obra de Idacio, tratándose de una interpolación de los manuscritos
hispanos,
ver al respecto, R. W. BURGESS, The Chronicle..., p. 52 y 54. Sin
embargo, es posi-
ble que este dato en sí sea correcto y haya sido añadido posteriormente con el
fin
de precisar algo más la biografía de Idacio. La expresión conuersio peccatoris
de la
citada interpolación puede referirse al acceso de Idacio al presbiterado o a la
vida
monástica, significado, este último, usado por el propio cronista al referirse
a Pau-
lino de Nola -cf. YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 424, 72, Burgess,
p. 88- y que puede
haber utilizado, en el mismo sentido, el interpolador. Ver al respecto, C. MOLÉ, "Uno
storico del V secolo: il vescovo Idazio", SicGym, 27 (1974), p.
285, n. 9.
(22) Idacio indica que es obispo
desde el tercer año del reinado de Valentinia-
no III: YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., praef., 6, Burgess,
p. 74, l. 47-50. Valentiniano
III es proclamado augustus el 23 de octubre del 425, ver PLRE,
II, p. 1138-1139, Pla-
cidus Valentinianus 4.
(23) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., praef., 1, Burgess, p. 72, l. 14-16; praef.,
6,
p. 74, l. 50. Cf.: a. 431, 86, p. 90; a. 460, 196, p. 112.
(24) Idacio sólo dice que se
halla en Chaves el año 460, cuando es capturado en
dicha ciudad por Frumario -ver n. 78- y regresa a la misma después de tres
meses
de cautiverio -ver n. 79-. En relación con las otras sedes propuestas para
Idacio, ver:
A. LOPEZ FERREIRO, Estudios histórico-críticos sobre el priscilianismo,
Santiago de
Compostela 1878, p. 186; M. MACIAS, Cronicón de Idacio, Orense 1906, p.
10-11.
(25) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 431, 86, Burgess, p. 90. Además de no in-
dicar la naturaleza de esta paz, el cronista tampoco menciona ni la fecha del
acuer-
do inicial ni la fecha de la anterior ruptura -o anteriores rupturas- de dicha
paz,
diciendo únicamente que en el 430 los suevos, bajo el mandato de su rey
Hermeri-
co -ver PLRE, II, p. 546-547, Hermericus-, saquean la zona
interior de la Gallaecia y
restauran, este mismo año, la paz con los hispanogalaicos: YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 430, 81, Burgess, p. 90.
(26) Idacio no refiere cómo se
realizó su elección para la embajada. A. TRANOY,
Hydace. Chronique, I, Paris 1974 SC 218, p. 15, considera que del
hecho de que el
43
el dux Aecio (27), el cual se hallaba entonces
en campaña en la Gallia (28).
En el 432, después de haber vencido Aecio a los francos y de haberles
concedido la paz, Y. regresa a la Gallaecia acompañando al comes
Cen-
sorio (supradictu secum Ydatio redeunte), enviado por Aecio -a raíz de
la legación de Y.- como legado suyo ante los suevos (29). Después de
esta estancia de Censorio en la Gallaecia, Y., según se colige de su na-
rración, parece participar -posiblemente al igual que Simposio, obis-
po cuya sede no es mencionada, probablemente de la Gallaecia-, en el
433, en la intervención episcopal (interuentu episcopali) -no explicita-
da- que, junto con la entrega de rehenes, conduce al restablecimiento
de la paz (30) entre los suevos y los hispanogalaicos en el 433 (31).
3. INQUIETUD Y ACTUACION ANTE
LAS HEREJIAS.
Cuando unos orientales -entre los cuales había un
presbítero de Ara-
bia llamado Germano- llegan a la Gallaecia en el 435, Y. aprovecha
la
ocasión para obtener información acerca de lo que había ocurrido en
el Oriente que él había conocido (32). Es a través de su relato como tiene
conocimiento (comperimus) de que Juvenal era obispo de Jerusalén.
No obstante, Y. también recibe de ellos una serie de informaciones erró-
neas o, en todo caso, no consigue hacerse una idea cabal de lo que había
sucedido. Así lo pone de manifiesto su relato cuando se refiere a que,
cronista
diga, en el 433, que la paz se restablece mediante una intervención episco-
pal -ver n. 31- puede colegirse que tal decisión se toma en una reunión
episcopal.
(27) Ver PLRE, II, p.
21-29, Fl. Aetius 7. En el 431, el magister utriusque militiae
de Valentiniano III era el hombre fuerte del Imperio de Occidente, hecho que
co-
nocían los hispanogalaicos. El mismo Idacio glosa la figura de Aecio y le
dedica cua-
tro noticias sucesivas antes de mencionar su embajada: YDATIVS, Cont. Chron.
Hie-
ron., a. 430, 82-84, Burgess, p. 90; a. 431, 85, p. 90. Ver al
respecto, C. MOLÉ, "Uno
storico...", p. 313-324.
(28) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 431, 86, Burgess, p. 90. La embajada de
Idacio es coetánea de la embajada de Veto, enviado a los suevos por Teodorico I
-ver
PLRE, II, p. 1070-1071, Theodericus 2-: YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 431, 87, Bur-
gess, p. 90. Ello pone de manifiesto la intención visigoda de estar en
buena relación
con los suevos justo después de la victoria de Aecio sobre los visigodos y de
su apro-
vechamiento por los hispanogalaicos.
(29) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 432, 88, Burgess, p. 90. Ver PLRE, II, p.
280, Censorius.
(30) En relación con la paz
entre suevos e hispanogalaicos, ver A. TRANOY, Hy-
dace..., p. 35-39.
(31) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 433, 91, Burgess, p. 92; ISIDORVS, Hist.
Sueu., 85, Rodríguez Alonso, p. 310. En relación con esta paz,
Hermerico envía, en
el mismo 433, al obispo Simposio a Rávena: YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 433,
92, Burgess, p. 92.
(32) ID., Cont. Chron. Hieron.,
a. 435, 97, ibid., p. 92. Ver n. 18.
44
al igual que otros obispos orientales, Juvenal fue
convocado a un con-
cilio en Constantinopla (33) y a que asistió a este concilio, reunido bajo
la presidencia de Teodosio II (402-450) (34), para destruir la herejía de
los ebionitas (35), herejía que Atico, obispo de Constantinopla, resuci-
taba (36). Además, Y. pregunta a los orientales acerca de la época en
que murieron Juan, Jerónimo, Eulogio y Teófilo -quizás también Epi-
fanio, obispo de Salamina- y cuál fue el sucesor de Juan antes de Ju-
venal, puesto que Y. sabe que dicho sucesor fue, durante poco tiempo,
una persona de avanzada edad (37). Sin embargo, al respecto Y. no ob-
tiene información de los orientales (referentum sermo non edidit)
(38).
En el 436 Y. recibe, además de otras copias de cartas
-no especifi-
cadas-, una copia (haec cum aliis habetur allata) de una carta de Ci-
rilo, obispo de Alejandría, a Nestorio, obispo de Constantinopla, en la
que -según indica erróneamente en su Crónica (39)- Cirilo rebate la
herejía ebionita y expone la regla de Fe -ep. 4- (40).
(33) Se
trata del concilio de Éfeso del 431.
(34) Teodosio II -ver PLRE,
II, p. 1100, Theodosius 6- no presidió ninguna de las
sesiones conciliares que se celebraron en Éfeso en el 431, únicamente convocó
dicho
concilio: THEODOSIVS II et VALENTINIANVS III, Sacra ad Cyrill. Alex. et ad sing.
metrop.
COLL. VAT., 25, ACO I, 1, 1, p. 114-116.
(35) Idacio denomina ebionita
tanto a Nestorio -YDATIVS, Cont. Chron. Hieron.,
a. 436, 100, Burgess, p. 92-94- como a Eutiques -YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., a.
449, 137, Burgess, p. 100-. Respecto a la vinculación del
nestorianismo con la here-
jía ebionita, cf. CASSIANVS, De incar. Dom. c. Nest.,
1, 2, CSEL 17, p. 238-239. A pesar
de tener textos relativos al enfrentamiento entre el nestorianismo y el
monofisis-
mo -ver n. 59-, Idacio no consiguió conocer razonablemente bien las
controversias
cristológicas que existían en las iglesias de Oriente.
(36) Idacio confunde a Atico con
Nestorio, cuya doctrina -el nestorianismo- pro-
voca la convocatoria del concilio de Éfeso en el 431 -ver n. 34-. Atico sucede,
en la
sede de Constantinopla, a Arsacio cuatro meses después de morir este último
-SO-
ZOMENVS, Hist. eccl., 8, 27, 3, GCS 50, p. 387, l. 23-25-,
teniendo lugar el óbito de
Arsacio el 11 de noviembre del 405 -SOCRATES, Hist. eccl., 6, 20, PG
67, 725-. En con-
secuencia, la elección de Atico tiene lugar durante la primavera del 406. Atico
fa-
llece el 10 de octubre del 425: SOCRATES, Hist. eccl., 7, 25, PG
67, 797.
(37) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 435, 97, Burgess, p. 92. Cf. a. 416, 53, p.
84. Aunque en este pasaje Idacio sólo menciona nominalmente a Juan -cuyo suce-
sor fue Prailio, ver n. 14- y a Jerónimo, indica que pregunta asimismo acerca
de los
otros eclesiásticos orientales que ha mencionado anteriormente. Entre estos
orien-
tales se halla también Epifanio de Salamina -YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., a. 406,
31, Burgess, p. 80-, aunque este obispo no sea citado por el cronista
entre los per-
sonajes vistos durante su viaje -ver n. 18-.
(38) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 435, 97, Burgess, p. 92.
(39) Ver n. 35.
(40) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 436, 100, Burgess, p. 92-94. Se trata de la
siguiente carta de Cirilo: CYRILLVS ALEX., Ep., 4, ACO I, 1, 1,
p. 25-28. Cf.: FLAVIANVS,
Ep. ad Leonem papam, ACO II, 1, 1, p.
37, l. 1-2; p. 39, l. 5-8; LEO I, Ep., 69, Silva-Ta-
rouca, p. 52, l. 29-33 (Jaffé, 452). Ver n. 59.
45
Antes del 445 (41), Y. es, junto con Coeponio -obispo
de la Gallae-
cia cuya sede no es mencionada-, el destinatario de una carta de To-
ribio, obispo de Asturica (Gallaecia, Astorga )
(42). Mediante esta carta,
Y. es informado por Toribio de que, en las provincias que éste ha re-
corrido (43), ha constatado una situación eclesiástica que es muy dis-
tinta de la existente en la Gallaecia debido al auge que, en esta pro-
vincia hispana, siguen teniendo las herejías -básicamente el
priscilianismo-. Le indica Toribio que una de las causas de esta vitali-
dad es la interrupción de las reuniones y de los decretos conciliares.
Además el obispo de Astorga le proporciona información acerca de de-
terminadas actuaciones y enseñanzas de los priscilianistas (44) -quie-
nes, al decir de Toribio, conviven abiertamente con los católicos- y de
lo que ha averiguado en relación a los libros en los que sustentan sus
doctrinas. A este respecto Toribio expone a Y. que, de estos libros, ha
realizado un elenco de transgresiones con la correspondiente réplica
y que considera necesario proporcionarle -así como también a otros-
un conocimiento más detallado de todo ello para que se pueda solu-
cionar este estado de cosas (45).
Después de realizar Toribio -siguiendo las pautas de
León
Magno (46)- unas pesquisas episcopales (gestis episcopalibus) en As-
torga a través de las cuales descubre la existencia de algunos mani-
queos, Y., junto con su colega de Astorga, interroga, en el 445, a dichos
maniqueos (qui eos audierant) y, conjuntamente con Toribio, envía los
resultados -no especificados- de su investigación a Antonino, obispo
de Emerita (Lusitania, Mérida) (47).
(41) En
el año 445 Idacio interroga, conjuntamente con Toribio, a unos mani-
queos en Astorga -ver n. 47-, lo cual pone de manifiesto que la colaboración
solici-
tada por Toribio a Idacio -ver n. 45- es ya una realidad en el 445.
(42) TVRIBIVS, Ep. ad Idac. et Cep., PL 54,
693-695.
(43) Hacía años que Toribio
había salido de la Gallaecia cuando regresa a su
tierra antes del 445 -ver n. 47-: TVRIBIVS, Ep. ad
Idac. et Cep., 1-2, PL 54, 693. En re-
lación a Toribio ver J. VILELLA, "La correspondencia entre los obispos
hispanos y
el papado durante el siglo V", en Studia Ephemeridis Augustinianum,
46 (1994), p.
465-471 e ID., "Priscilianismo galaico y política antipriscilianista
durante el siglo V",
AnTard, 5 (1997), p. 183-185.
(44) En relación a Prisciliano y
al priscilianismo, ver J. VILELLA, "Un obispo-
pastor de época teodosiana: Prisciliano", en Studia Ephemeridis Augustinianum,
58
(1997), p. 503-530.
(45) TVRIBIVS, Ep. ad Idac. et Cep., PL 54,
693-695. Toribio realiza una velada
acusación a la inhibicionista actitud del episcopado respecto al priscilianismo
y, al
final de su carta, sugiere la celebración de un concilio para acabar con la
-según
él- situación caótica de la vida eclesiástica galaica.
(46) Cf.: YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., a. 445, 125, Burgess, p. 96; Nouell. Va-
lent., 18, 1 (445), Meyer-Mommsen, II, p. 104; PROSPER, Epit.
Chron., a. 443, MGH aa
9, Chronica minora 1, p. 479.
(47) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 445, 122, Burgess, p. 96. En relación a la
instancia emeritense, ver J. VILELLA, "Las primacías eclesiásticas en Hispania
du-
rante el siglo IV", Polis, 10 (1998), p. 269-285.
46
Según se desprende de León Magno, Y., al igual que
Coeponio, es
mencionado -sin duda como colaborador de Toribio en contra de las
herejías- en la carta privada (familiaris epistolae) (48) -no conserva-
da- enviada, antes del 21 de julio del 447 (49), por Toribio a León. Esta
carta tenía una temática parecida a la dirigida a Y. y a Coeponio e iba
acompañada de unas relaciones (commonitorii series) y de unos opús-
culos (libelli) (50) -escritos tampoco conservados-. El contenido de
estos
escritos, referidos a doctrinas y prácticas priscilianistas (51), puede re-
construirse parcialmente a partir de la respuesta que, conjuntamen-
te con otros textos (52), León dirige a Toribio -ep. 15- (53).
Según la carta de respuesta -fechada el 21 de julio del
447 (54)-
que León envía a Toribio, Y., conjuntamente con Coeponio y Toribio,
debe imponer su posición (inminebunt) en un concilio galaico
(prouinciali conuentu) (55) en caso de no poderse realizar un conci-
lio general (generale concilium) (56) en el lugar que se considere opor-
tuno de la Gallaecia (inter uos), concilio, este último, al que
también
deben asistir, según lo estipulado por León, los obispos de las provincias
vecinas (uicinarum prouinciarum conueniant sacerdotes). De acuer-
do con las respuestas dadas por León a Toribio, en este concilio debe
indagarse, con una completísima investigación (plenissimo disquira-
tur examine), si hay algunos obispos que se hayan contaminado (po-
lluantur) con el contagio de la herejía -el priscilianismo- y, de ser así,
(48) LEO
I, Ep., 15, 17, 1, Vollmann, p. 136, l. 339 (Jaffé, 412).
Cf.: praef., 1-2, p.
122-123; praef., 11, p. 124, l. 49. Las indicaciones recibidas de Roma
-ver n. 46-47- de-
bieron animar a Toribio a proseguir su actuación en contra de los
priscilianistas,
probablemente con el apoyo de Idacio.
(49) Ver n. 54.
(50) LEO I, Ep., 15, praef.,
1-2, Vollmann, p. 122-123; 11-12, p. 124-125; 16, 11, p.
135; MONTANVS, Ep., 1, Rodríguez, p. 362, l. 224-225; ILDEFONSVS,
De uir. ill., 2, Co-
doñer, p. 118, l. 11-14.
(51) En relación al contenido de
estos textos, cf. LEO I, Ep., 15, 1-16, Vollmann,
p. 125-136. Aunque probablemente modificados y ampliados, los textos que, junto
con su carta, envía Toribio a León parecen ser los mismos que menciona en su
carta
a Idacio y Coeponio -ver n. 45-.
(52) Se trata de los detalles (gesta)
de la indagación, realizada por León en Roma,
en la que se localiza y se detiene a unos maniqueos y de las cartas de León
dirigi-
das a los obispos de las provincias Tarraconensis, Carthaginiensis,
Lusitania y Ga-
llaecia. Respecto a la indagación romana: LEO I, Ep., 15, 16, 9, Vollmann,
p. 135, l.
321-322. Cf.: Nouell. Valent., 18 (445), Meyer-Mommsen,
II, p. 104; PROSPER, Epit. Chron.,
a. 443, MGH aa 9, Chronica minora 1, p. 479. Para las
cartas a los obispos de las cua-
tro provincias hispanas: LEO I, Ep., 15, 17, 11-12, Vollmann, p.
137-138, l. 378-382. Cf.:
YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 447, 127, Burgess, p. 98; Conc.
Brac. I (561), 2, Bar-
low, p. 106, l. 14-21.
(53) LEO I, Ep., 15, Vollmann,
p. 122-138.
(54) La fecha está indicada al
final de la carta mediante la mención del consu-
lado de Calepio y Ardabur -ver PLRE, II, p. 250, Calepius y p.
135-137, Ardabur 1-.
(55) LEO
I, Ep., 15, 17, 13, Vollmann, p. 138, l. 384-387.
(56) ID., Ep., 15, 17,
13, ibid., p. 138, l. 382-383.
47
se separe, sin duda alguna, a dichos obispos de la
comunión (a com-
munione sine dubio separandi) si no quieren condenar (damnare) el
priscilianismo (57).
Según indica él mismo, en el 449 Y. recibe, desde la Gallia,
copias
de cartas (epistolae) de Flaviano, obispo de Constantinopla, dirigidas
a León y escritos (scriptis) de Cirilo a Nestorio acerca del hereje
ebio-
nita Eutiques, archimandrita de Constantinopla -información erró-
nea (58)-, las respuestas (responsa) de León a Flaviano y cartas y es-
critos de otros obispos (cum aliorum episcoporum et gestis et scriptis)
-cuyos nombres no son mencionados-, textos que fueron enviados a las
diferentes iglesias (per ecclesias diriguntur) (59).
(57) ID.,
Ep., 15, 17, 6, ibid., p. 136-137. Cf. 17, 11-12, p. 137-138. En
relación a la
celebración o no de estos concilios, ver J. VILELLA, "La
correspondencia...", p. 460-
461, n. 11 y 470-471.
(58) Ver n. 35.
(59) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 449, 137, Burgess, p. 100. Las cartas in-
tercambiadas entre Flaviano y León son: FLAVIANVS, Ep. ad
Leonem papam, ACO
II, 1, 1, p. 36-37; ID., Ep. ad Leonem papam, ibid.,
p. 38-40; LEO I, Ep., 28, ACO II, 2,
1, p. 24-33 (Jaffé, 423). En lo que respecta a los escritos de Cirilo,
parece tratarse
de la ep. 4 -CYRILLVS ALEX., Ep., 4, ACO I, 1, 1, p.
25-28-, quizás también de la ep.
17 -CYRILLVS ALEX., Ep., 17, ACO I, 1, 1, p. 33-42-, puesto que
la ep. 4 -recibida ya
por Idacio en el 436, ver n. 40- se halla incluida en los textos enviados por
León a
los obispos: LEO I, Ep., 67, Coll. Arel., 14, MGH ep
3, p. 22 (Jaffé, 451). Sin embargo,
de ser correcta la cronología que da Burgess a este pasaje de Idacio, las
cartas de
Flaviano y de León llegan a la Gallaecia el mismo año en el que son
escritas y, en
consecuencia, mucho antes de que León diera instrucciones al obispo de Arlés
Ra-
venio para que transmitiera a Hispania el conjunto de escritos relativos
a la con-
troversia entre el nestorianismo y el monofisismo puesto que las instrucciones
de
León referidas específicamente a Hispania se atestiguan en su ep.
102 -LEO I, Ep.,
102, Silva-Tarouca, p. 119, l. 97-99 (Jaffé, 479)-, fechada el 27
de enero del 452 me-
diante la mención del consulado de Herculano -ver PLRE, II, p. 544-545, Fl.
Bassus
Herculanus 2-.
48
4. CONTINUADOR DE EUSEBIO Y DE JERONIMO.
Y. escribe una continuación (60) al texto de que
disponía (61) del Chro-
nicon de Eusebio de Cesarea y de Jerónimo a pesar de desconocer si Je-
rónimo había continuado esta obra (62), sin que sea posible saber, al res-
pecto, la fecha en la que Y. inicia esta continuación. Y. únicamente indica
que se halla en su vejez (extremus et uitae) cuando redacta su prefacio
(63).
En esta obra, Y. abarca desde el 379 (64) hasta el 468 (65), distinguiendo, en
(60) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., introd., Burgess, p. 70, l. 1-7; praef.,
1, p. 72,
l. 17-19; praef., 5, p. 72-74, l. 40-46. Cf.: praef., 2-3, p.
72, l. 20-28; praef., 6, p. 74, l. 47-57.
R. W. BURGESS, The Chronicle..., p. 9-10 y 31-33, afirma que la razón
fundamental que
induce a Idacio a escribir su obra es su creencia en el inminente fin del
mundo, adu-
ciendo que Idacio había leído y creído un apocalipsis apócrifo -actualmente
conser-
vado en dos recensiones incompletas y titulado Epistula domini nostri Iesu
Christi ad
Thomam discipulum en la recensión larga- que revelaba que el fin del mundo
ten-
dría lugar el 27 de mayo del 482. Burgess fundamenta su aseveración en una nota
mar-
ginal al decimoctavo año del reinado de Tiberio que existe en el manuscrito de
Ber-
lín -ver n. 21, probablemente una copia del manuscrito del Chronicon de
Eusebio y
de Jerónimo que poseía Idacio y al cual añadió su obra- y que Burgess cree
escrita
por el propio Idacio. Dicha anotación dice que en cierto libro tenido por
apócrifo del
apóstol Tomás está escrito que Jesús dijo a Tomás que desde su ascensión al
cielo hasta
su segunda llegada habría nueve jubileos, jubileos de los cuales cinco se
hallan indi-
cados a partir de esta anotación y que Burgess considera añadidos por el propio
Ida-
cio, creyendo también Burgess que la indicación apocrifo qui dicitur de
la mencio-
nada nota no son palabras escritas por Idacio sino que se trata de una
aclaración de
un escriba posterior.
(61) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., introd., Burgess,
p. 70, l. 1-3.
(62) ID., Cont. Chron.
Hieron.,
introd., ibid., p. 70, l. 3-4; praef., 4, p. 72, l. 29-39.
A
pesar de desconocer cuándo tuvo lugar la muerte de Jerónimo -ver n. 37-, Idacio
sabía que Jerónimo vivió mucho tiempo desde que tradujo el Chronicon de
Eusebio
y lo continuó hasta el 378 -ver n. 3-, texto que poseía Idacio -disponía, por
tanto, de
la totalidad de esta obra-. Es por ello que Idacio no descarta la posibilidad
de que,
durante este tiempo, Jerónimo hubiera ampliado el Chronicon. Aunque
Idacio sin
duda trató de averiguar si Jerónimo había o no añadido algo más a su Chronicon,
no consiguió saberlo, lo cual pone otra vez de manifiesto las dificultades que
tenía
Idacio para saber lo acontecido en la pars Orientis -ver n. 18 y 32-40-.
(63) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., praef., 1, Burgess, p. 72, l. 16. Cf. praef.,
5,
p. 74, l. 45. Al igual que habían hecho Eusebio y Jerónimo -YDATIVS, Cont.
Chron.
Hieron., introd., Burgess, p. 70, l. 1-2-, Idacio redacta
también un prefacio que, según
parece, es posterior -total o parcialmente- al elenco cronístico -ver n. 71-,
cf. YDA-
TIVS, Cont. Chron. Hieron., praef., 1, Burgess, p.
72, l. 18-19. Es claro, por lo demás,
el paralelismo existente entre el prefacio de Jerónimo y el de Idacio.
(64) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., introd., Burgess,
p. 70, l. 6-7. Cf.: praef., 6,
p. 74, l. 47-48; a. 379, 1, p. 74.
(65) Ver n. 83. En relación a la
cronología de los acontecimientos del último año
recogido en la obra de Idacio -y, en general, respecto a los problemas y
discrepan-
cias de que han sido objeto las fechas de los hechos narrados por el cronista-,
ver
R. W. BURGESS, The Chronicle..., p. 27-31 y 134-142, cuya cronología
adoptamos por
estar apoyada en la tradición manuscrita y fundamentarse en unos criterios y
ar-
gumentaciones que consideramos válidos.
49
su elaboración, entre antes y después de ser obispo
(66). Según indica él
mismo, para el período anterior al 427 -año de su ordenación epìscopal (67)-,
Y. obtiene la información a través de documentos escritos (68) y de rela-
tos orales (69) que le transmiten (uel ex scriptorum stilo uel ex
relationibus
indicantum) (70) y, para el período subsiguiente, Y. se sirve de su cargo y
de su conocimiento propio de los hechos como principal fuente de infor-
mación (71).
(66) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., praef., 6, Burgess, p. 74, l. 47-51.
(67) Ver n. 22.
(68) A pesar de que el texto de
Idacio no permita saber con certeza qué textos
escritos había leído, es evidente que el cronista conoce -o parece conocer-
varias
obras de autores cristianos. Además del Chronicon de Eusebio y de
Jerónimo -y de
otras obras de Jerónimo, ver n. 3-, Idacio puede conocer también el Chronicon
y la
Vita Martini de Sulpicio Severo -YDATIVS, Cont. Chron. Hieron.,
a. 405, 30, Burgess,
p. 80- y varias obras de Agustín -YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a.
412, 45, Burgess,
p. 82-84-, de Paulino de Nola -YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 424,
72, Burgess, p.
88- y de Merobaudes -YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 443, 120, Burgess,
p. 96-. El
cronista parece conocer asimismo las actas del concilio I de Toledo del año
400: YDA-
TIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 400, 25, Burgess, p. 78. En
relación con las cartas u obras
de personajes cristianos que conoce -o puede conocer- Idacio, cf.: YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., a. 380, 5, Burgess, p. 74; a. 417, 58, p. 86; a.
419, 65, p. 86; a. 436, 100,
p. 92-94 -ver n. 40-; a. 445, 125, p. 96 -ver n. 46-; a. 447, 127, p. 98 -ver
n. 54-57-; a. 449,
137, p. 100 -ver n. 59-; a. 451, 143, p. 100-102. Es además evidente que Idacio
conoce
y usa para su obra un texto -algo distinto al conservado- del elenco de
cónsules y
de hechos históricos conocido como Consularia Constantinopolitana, en
cuya com-
posición -resultado de varias manos- no parece haber participado Idacio, aunque
dicha participación ha sido defendida y mantenida por muchos autores, ver, al
res-
pecto, R. W. BURGESS, The Chronicle..., p. VI y 199-207. Además de estos
textos, Ida-
cio sin duda conoce o puede conocer otras obras.
(69) Cf.: YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 428, 79, Burgess, p. 88-90; a. 435, 97,
p. 92 -ver n. 32-38-; a. 451, 142, p. 100; a. 455, 160, p. 104; a. 456-457,
170, p. 108; a. 459,
192, p. 112; a. 464-465, 224, p. 116; a. 465-466, 227, p. 118; a. 466-467, 238,
p. 120; a. 468,
241, p. 120; a. 468, 247, p. 122. Idacio parece recibir, directa o
indirectamente, mucha
información oral a través de legados -ver n. 71-.
(70) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., praef., 6, Burgess, p. 74, l. 47-50.
Cf.: introd.,
p. 70, l. 6-7; praef., 5, p. 72, l. 42; praef., 5, p. 74, l. 44. También en
la indicación de las
procedencias de sus informaciones sigue Idacio a Jerónimo.
(71) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., praef., 6, Burgess, p. 74, l. 50-51.
Cf.: introd.,
p. 70, l. 6-7; praef., 5, p. 72, l. 42; praef., 5, p. 74, l. 45. Es
significativa la información de
que, a partir del 427, dispone Idacio acerca de las legaciones -ver A. TRANOY, Hy-
dace..., p. 15-16-, lo cual pone de manifiesto que Idacio ocupaba un lugar
relevante
en la vida política de la Gallaecia -ver n. 25-28-. Idacio también
indica que, en la se-
gunda fase, ha añadido a la primera el final del Imperio romano y la situación
de la
Gallaecia supeditada a los germanos y de su Iglesia -ver n. 6 y 73-.
Esta división que
realiza el cronista incluso puede apuntar también a una doble etapa en la
redacción
de su obra, aunque el prefacio haya sido escrito tras finalizar la redacción de
la obra
-ver n. 63- para anteponerlo a ella. Posiblemente pueda entenderse, además,
que,
mientras que la primera parte es una continuación simple de la obra
jeronimiana,
en la segunda haya una factura más personal o una concepción de mayor indivi-
dualidad en su obra con respecto a su modelo. Así podría sugerirlo, por
ejemplo, el
pesimismo -ver A. TRANOY, Hydace..., p. 58-60- que, a partir del 455,
hay -a dife-
50
En su continuación al Chronicon de Eusebio de
Cesarea y de Jeró-
nimo, Y. registra -cronológicamente- y fecha (72) hechos relativos al
decurso político-militar del Imperio Romano y de los pueblos germá-
nicos, a la Iglesia y a los eclesiásticos, y a los fenómenos naturales y
prodigios, prestando considerable atención a la dinastía teodosiana, a
las situaciones provocadas por la coexistencia de romanos y bárbaros
y, sobre todo, a la situación existente en la Gallaecia (73). Y. indica
ade-
más en el prefacio de su obra que deja a sus sucesores el indicar lo
que tendrá lugar en los tiempos que encontrarán (sed posteris in tem-
poribus quibus offenderint reliquimus consummanda) (74).
5. LOS ULTIMOS AÑOS
Los datos biográficos conocidos relativos a la vejez de
Y. son su ac-
tividad de cronista ya reseñada y su cautiverio. Poco después de que
la parte del ejército visigodo enviada por los comites Sunierico (75) y
Nepociano (76) abandonara -a raíz de la actuación, en el 460, de Dic-
tinio, Espinión y Ascanio- la Gallaecia (77), Y., a causa de la
instigación
rencia
de lo que ocurre anteriormente- en el relato de Idacio. En pro de esto podría
indicarse la hipótesis de dos fases en el prefacio, la introducción -previa y
como mero
inicio de la continuación de Jerónimo- y el prefacio propiamente dicho que
refleja-
ría una visión conjunta de ambas etapas de la obra -y posiblemente de ambos mo-
mentos cronológicos- ya redactada. Al respecto, A. TRANOY, Hydace..., p.
51 y 60,
considera que Idacio redacta esta obra al final de su vida y que para ello
utiliza -ade-
más de otras fuentes de información- anteriores elencos cronísticos
episcopales, pu-
diendo haber redactado también el propio Idacio elencos de este tipo a partir
del
427. Por su parte, R. W. BURGESS, The Chronicle..., p. 5-6, cree que
Idacio podría haber
empezado a escribir su obra después del 457 ó 458.
(72) Idacio utiliza fundamentalmente
en su obra la cronología proporcionada
por las olimpíadas y los años imperiales de Occidente aunque también se sirve
de
la era hispánica -siendo Idacio el primer testimonio no epigráfico de este
sistema-,
de los jubileos -ver n. 70- y de los anni a natiuitate Abraham. Al respecto, ver R. W.
BURGESS, The Chronicle..., p. 27-46 y 134-142.
(73) Cf.: YDATIVS, Cont.
Chron. Hieron., a. 379-468, 1-247, Burgess, p. 74-122; praef.,
6, p. 74, l. 50-56.
(74) ID., Cont. Chron.
Hieron.,
praef., 6, ibid., p. 74, l. 56-57. Burgess interpreta
el término consummanda como "últimos días" y traduce el pasaje
como "he deja-
do a mis sucesores el incluir una relación de los últimos días en los tiempos
en
que ellos los encuentren". Si realmente Idacio creía en el inminente fin
del mundo
-ver n. 60-, resulta difícil de entender que el propio Idacio indique que se
continúe
su obra en el futuro. Al igual que había hecho Jerónimo y él mismo, Idacio
desea
que el Chronicon sea continuado posteriormente.
(75) Ver PLRE, II, p.
1040-1041, Suniericus.
(76) Ver PLRE, II, p.
778, Nepotianus 2.
(77) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 460, 196, Burgess, p. 112. En relación a
Dictinio, Espinión y Ascanio, ver J. VILELLA, "Priscilianismo
galaico...", p. 183.
51
-no especificada- de éstos, es apresado (capto) por el jefe suevo Fru-
mario el 26 de julio del 460 en la iglesia de Chaves. Entonces, Dictinio,
Espinión y Ascanio instan también a Frumario a saquear el conuentus
de Chaves, saqueo que lleva a cabo Frumario con sus contingentes sue-
vos (78). Durante el mes de noviembre del 460, Y. es liberado por Fru-
mario y vuelve a Chaves después de permanecer cautivo tres
meses (79). La liberación de Y. acontece al finalizar los enfrentamien-
tos entre Frumario y Requimundo (80) por el poder real (81) y de res-
tablecerse, en cierta medida, la paz entre los suevos y los hispano-
rromanos (82).
Y. muere después del 468, puesto que este año -al cual
Y. se refie-
re en su totalidad (83)- es el último que se halla incluido en su Cróni-
ca (84).
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(78) YDATIVS, Cont. Chron.
Hieron., a. 460, 196, Burgess, p. 112; ISIDORVS, Hist.
Sueu., 89, Rodríguez Alonso, p. 316. Ver PLRE, II, p.
486-487, Frumarius.
(79) YDATIVS,
Cont. Chron. Hieron., a. 460, 202, Burgess, p. 114.
(80) Ver PLRE, II, p.
936, Rechimundus.
(81) YDATIVS, Cont. Chron. Hieron., a. 460, 198, Burgess, p. 112.
(82) ID., Cont. Chron. Hieron.,
a. 460, 199, ibid., p. 112.
(83) Cf. ID., Cont. Chron.
Hieron., a. 468, 246, ibid., p. 122.
(84) Cf. ID., Cont. Chron.
Hieron.,
a. 468, 239-247, ibid., p. 120-122. El autor
anó-
nimo que, durante el siglo VII, compuso la redacción larga del De uiris
illustribus
de Isidoro -ver C. CODOÑER, El «De viris illustribus» de Isidoro de Sevilla.
Estudio
y edición crítica, Salamanca 1964, p. 20-41- indica, basándose en el
prefacio de Ida-
cio, que el cronista murió en el reinado de León -emperador que fallece el 18
de
enero del 474, ver PLRE, II, p. 663-664, Leo 6-: PS. ISIDORVS, De
uir. ill., 9, PL 83, 1088-
1089. SIGEBERTVS GEMBL., Chron., a. 490, MGH ss 6, p. 313, dice
que Idacio muere
en el 490.
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